BLOQUES Y MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS LOCALES Y REGIONALES FRENTE A LAS DINÁMICAS GLOBALES por Elizabeth G. Frías

BLOQUES Y MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS LOCALES Y REGIONALES FRENTE A LAS DINÁMICAS GLOBALES

Una de las primeras tareas que Néstor García Canclini lleva a cabo en su texto El poder de las imágenes. Diez preguntas sobre su redistribución internacional es desmontar la oposición aparente entre países colonizadores y países colonizados, que parece aún ser el fundamento de términos como colonialismo e imperialismo. Los contrastes que distinguen a algunos países de otros ya no responden solamente a las dinámicas de conquista y colonización: resulta mucho más provechoso interpretar estas condiciones desiguales en la economía y en el desarrollo sociocultural como consecuencias de las contradicciones del mundo actual.

De manera análoga, la aparente contradicción entre propuestas artísticas regionales y las dictadas por instituciones y medios mal llamados hegemónicos no basta para comprender y matizar los intercambios interculturales en el arte actual, así como no basta entenderlos solamente a partir de los términos «local” o «global”.

Pese a que los conquistadores y los gestores del nacionalismo jugaron un papel crucial en las primeras etapas de la evolución de los museos, teatralizando las culturas nacionales y ritualizando la historia de los pueblos a través de una versión abreviada de su pasado, actualmente existen artistas e instituciones que se involucran en conversaciones globales sin desvincularse de sus contextos locales ni utilizarlos como bandera de exotismo. Así, sus propuestas no se centran en distinguir lo propio de lo extraño, sino en exploraciones y búsquedas que pueden o no estar vinculadas con las desigualdades que aún aquejan a sus países de origen.

Aunque entender el contexto histórico, cultural y nacional en el que un artista crea es vital para acercarse a su obra, por fortuna es insuficiente para explicar de forma integral su arte o para entender a fondo sus intenciones, aproximaciones y estrategias. Así, resulta vano identificar a los artistas como representantes de sus culturas nacionales, como se hacía aún hace algunas décadas y se sigue haciendo con los artistas de países no aventajados que participan en ferias o bienales internacionales. En su conferencia «Geopolítica del arte y estéticas interculturales”, Canclini menciona como ejemplo el caso de críticos que encuentran en la obra de Gabriel Orozco «alusiones al trauma de la conquista” o «recuperación y reciclaje” de situaciones que surgen de «la experiencia vivida por las sociedades latinoamericanas”. Canclini prefiere la propuesta que encuentra que las obras de Orozco tienen resonancias de las antiguas culturas mexicanas, pero las niegan tan explícitamente como las sugieren.

El balance entre el consumo de bienes artísticos y culturales producidos por los países más aventajados y el consumo de bienes artísticos locales está lejos de ser dictado únicamente por estas potencias. Canclini expone cómo los países que cuentan con recursos más avanzados de producción audiovisual y mayor capacidad de participar en el mercado no concentran estos procesos de producción dentro de sus fronteras, sino que buscan en otras latitudes el trabajo requerido a precio menor, con ayuda de subsidios y políticas proteccionistas. Incluso las propuestas que buscan contrarrestar la fuerza de los discursos que se extienden de esta manera en muchas ocasiones recurren a la coproducción transnacional para poder competir. A la par, las ferias y bienales que actúan como centros de valoración del arte se multiplican fuera de las antiguas capitales artísticas, y las galerías y casas de subastas que concentran gran parte del mercado internacional abren sucursales en todos los continentes, mientras las ventas y el consumo de información en línea suceden de forma simultánea sin barreras nacionales.

Ante este panorama, han surgido bloques regionales que buscan formar alianzas entre países con características similares, como la Unión Europea o Iberoamérica, para fortalecer en conjunto la producción cultural de su región.

Así, pese que el panorama actual plantea grandes desafíos a los alcances y el reconocimiento que puedan obtener los movimientos artísticos locales y regionales, y pese a que las desigualdades que los colocan en desventaja frente a las narrativas producidas por los países que concentran los recursos y las políticas de producción aún son muy evidentes, estas propuestas locales no están de ninguna manera en desaparición. No podemos hablar de una homogeneización que ocurra de forma inevitable debido a los procesos de globalización. Las diferencias nacionales persisten no solo a pesar de las asimetrías, sino en muchos casos gracias a ellas. Así, sostiene Canclini, en Europa y Latinoamérica gran parte de la producción artística dialoga con la tradición nacional y circula mayoritariamente dentro del país. Afortunadamente no se puede hablar de hegemonía cultural sin matices, pero tampoco optar por una vuelta al arte nacionalista; no podemos afirmar que estemos sometidos a una dominación inevitable de los países hegemónicos, pero tampoco que ya hayamos alcanzado la participación equitativa de todos los actores locales, nacionales y regionales en las redes globales del arte. Es necesario entender lo que sucede no solamente a partir de los términos local y global, sino a partir del resto de las escalas y los poderes políticos y económicos que articulan los intercambios y las relaciones del arte en la actualidad.

Elizabeth G. Frías/ México

ABRIL MORT por Anny Alexa Parra

El 21 de noviembre de 1902, nació en Colombia el Señor Abril Mort, amo y señor del tiempo, el destructor de sueños.  La mayoría de habitantes en el país ignoran que su gran poder es el resultado de un sinnúmero de almas que ha tenido que pagar como tributo al viejo demonio. Quizá, esta sea también la razón por la cual, en nuestro hábitat, ya no existen los niños.

Algunos compañeros de laboratorio piensan que los niños son leyendas urbanas inventadas por nuestros profesores para asustarnos en las noches de grandes orgías sabáticas; sin embargo, yo les puedo dar fe, de que no es así, estoy completamente convencida de que algún día existieron así como los árboles siguen creciendo en las grandes laderas del río magdalena.

Algunos abuelos de la compañía, cuentan que eran como pequeñas personitas que acostumbraban salir a las calles a correr y a gritar desenfrenadamente, hasta que un día, sin explicaciones y sin que nadie se motivara por encontrarlas, empezaron a desaparecer. Para esas épocas el Señor Abril Mort ya había alcanzado su mayor poder con el éxito de sus compañías financieras…

De ahí en adelante, se hizo normal para los habitantes encontrar, de vez en cuando, diminutos fósiles regados por el camino.  Dicen que es la misma tierra que después de tantos años de guardar silencio, saca a la luz pequeños tesoros que permanecen ocultos.

Anny Alexa Parra


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”


MOMENTOS COTIDIANOS por Teresita Chavarría

A veces cuando caminamos por las calles no pensamos o no nos proponemos observar a los otros, a veces o por lo general las personas nos parecen normales, pero, qué sucede cuando notamos un cambio en alguien o vemos una diferencia en otra persona que se nos sale de nuestro canon ya sea de «belleza” o lo que podríamos llamar «normal”

Imaginemos que caminamos por el parque y en ese parque aparecieran una serie de personas diferentes como por ejemplo: un gay, un travesti, una persona en silla de ruedas,una persona que camina con muletas, o intercambiando señales en lenguaje «Lesco”, quizás encontrar una personas desnudas o vestidas con atuendos de culturas diferentes como indígenas, orientales, una mujer con burka, quizas un judío ortodoxo, inmigrantes, personas de color, por citar algunos ejemplos, o cualquier persona que nos parezca diferente.

Piénsese que esta en ese lugar, cómo sería su reacción, cómo actuaríamos ante esa diferencia.

Muchas veces aunque sin querer y por alguna condición existe una reacción de choque, es un ejercicio que podría ponerse en práctica.

A veces esa diferencia puede conducirnos a sacar nuestro «lado siniestro” ante lo grotesco que nos parece el otro, lo diferente.

No soy de escribir cuentos, pensé en este tema sobretodo ahora que hay tanta migración de personas a otros países ya sea en Latinoamérica o Europa. En estos días que tanto se habla de subir muros y cerrar fronteras, ese miedo al otro a lo diferente.

Creo que es aplicable el termino de Freud «Unheimlich”, lo que nos parece extraño, lo diferente, lo ominoso.

Y muchas veces se siente miedo a esa diferencia, a lo que rompe con la cotidianidad y viene a generar cambios, muchas veces al rechazo, pero también a veces despierta un deseo de curiosidad o de aceptación según se den situaciones para aprender a aceptar esa diferencia.

Teresita Chavarría


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”


LA HIJA por José Guillermo Talavera Lucero

El movimiento involuntario vibratorio de sus párpados le indicaba que se aproximaba una crisis, así era desde hacia unas semanas cuando lo descubrió en su cama a solas, mientras dormía algo se acercaba lentamente. Fue un viernes, día en que según su madre era el indicado para la lectura de las cartas, después de la escuela y unas horas en la oficina donde trabajaba como capturista llegaba a su casa, cenaba con alguno de sus cuatro hermanos, se aseaba, veía un poco de televisión y con su hermana menor se dormía, desde muy niña fue miedosa, tímida, esa noche cuando ya toda la ciudad parecía en silencio, ella se despertó o creyó despertarse, instantáneamente el miedo sin saber de donde llegaba, la paralizó, quieta, sin poderse mover, sintió como un gran bulto de carne, pelos y garras se colocaba sobre ella, no podía gritar, ni moverse sólo se abandonó y procuró pensar que estaba en otro lugar, en otro espacio, en otra situación, pero no podía evitar sentir el cuerpo amorfo que tenia encima de ella, después de un tiempo se perdió entre sus sueños, a la mañana siguiente despertó alterada, enojada, revisó entre sus sabanas y todo estaba normal.

Fueron varios años los que pasaron hasta que su madre le confesó que había sido producto de una violación, desde entonces fueron disminuyendo sus miedos pero ella se transformo en una mujer dura, enojada y egoísta.

José Guillermo Talavera Lucero


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”


DESPUÉS DE COMERCIALES por Carlos Piedrahita

No lo viví, me lo contaron. Parecía una historia de terror, de esas que suelen contarse en noches de fogata. Estaba oscuro y una voz narraba los hechos, una luz intermitente dejaba ver imágenes que ilustraban la historia.

No sé si me quedé congelado o la imagen se detuvo o se hizo más lenta, o los gritos y gemidos del niño hicieron que le prestara realmente atención a lo que estaba(n) pasando. Lo primero que vi, cuando los sollozos llamaron mi atención, fue la imagen de un niño sentado en un andén. Lloraba y miraba hacia el horizonte de lo que parecía una calle de un pueblo fantasma. Su mirada caía nuevamente mojando los pequeños zapatos de tela que parecían recién estrenados. Estaba bien vestido, como si de una ocasión especial se tratara. El círculo que describía la mirada entre el horizonte y los zapatos parecía interminable.

El ruido del motor de un pequeño camión acompañado de un tumulto de personas que se aglomeraban a su alrededor semejando un enjambre de abejas, hizo saltar al niño, como si un resorte lo hubiera lanzado por el aire.

Cuando el camión se detuvo, el niño se abrió paso entre la gente, se detuvo frente a las estacas del camión y reconoció a su padre entre otras personas que yacían en el piso del camión. “Papito porque estas durmiendo allí” le decía mientras se aferraba a los barrotes de madera. “Papito despiértese” le decía en tono suave. “por qué no te despiertas papito, yo quiero que me hables” imploraba la voz entrecortada del niño. “Papito por favor dime algo” insistía la voz que se hacía más fuerte. “Levántate y vámonos a casa”, ahora la voz del niño parecía dar órdenes entre sollozo y sollozo. De repente un descubrimiento hizo que el niño se enfureciera aún más, ahora no contra su padre, sino contra el vacio, contra el silencio. Quien te quito la piernita gritaba el niño y después en tono tranquilizador le decía a su padre: “despiértate que yo te ayudaré a caminar.”

Un movimiento brusco de la cámara que la sacó de la escena me hizo comprender que no era yo el único que se había quedado congelado con el acontecimiento. Las imágenes se esfumaron al igual que el niño y la voz que trataba de ilustrar en forma mecánica lo que las imágenes mostraban cambió de tono mientras decía, quizá irónicamente, “no se queden dormidos volvemos después de comerciales”.

Carlos Piedrahita


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El RACIMO POR LA MITAD por Angeles Pereira

Los niños tienen hambre, mi mujer me reclama que asalto a personas sin dinero, que soy flojo pero es que en este pueblo quién va a tener dinero, la fábrica cerró después que la robamos e hicimos el gran fuego, bailamos como diablos alrededor de la candela, todo en llamas explotando y haciendo ruido. Llamo al Wilmito para que me acompañe al cambural, la hacienda de Ño Candelario, ese viejo desgraciado, la tiene cogida conmigo desde que no lo ayudo a desmalezar. El Wilmito acaba de salir de la cárcel y me dice que ahora forma parte de la banda del Tren de Aragua, que ya no roba cambures, que suyo son los secuestros y brindar protección, quedamos en reunirnos. Me voy con mi hijo mayor, entramos de noche como gatos, y cortamos varios racimos de cambures por la mitad. Ahora me dicen que Ño Candelario montó en furia, que me cuide porque contactó a los del Tren de Aragua, pero yo soy amigo del Wilmito, él me protegerá… Es de noche y el niño no regresa de la escuela, mi mujer está preocupada, me grita que vaya a buscarlo, al abrir la puerta tropiezo con el cuerpo de mi hijo, está colgado por los brazos picado y por la mitad, el Wilmito grita de lejos: «el otro pedazo cuelga del puente que va pa´Caracas”.

*Cambur: voz venezolana para el banano.
*Cambural: zona sembrada de matas de cambur.
*Tren de Aragua: banda de delincuentes conformada por más de doscientos malandros, una de las más grandes de Venezuela, opera en el Estado Aragua y en otros Estados colindantes.

Angeles Pereira


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”


EL MALDITO por Maria de los Angeles Ortiz Espinoza

Se arrastró con pena doliente hasta su refugio. No podía andar y apenas podía mover sus miembros ultrajados por aquel inmenso ardor que aún le corroía el cuerpo. De su piel no quedaba nada; de su carne permanecía sólo un lamentable esbozo chamuscado de lo que había sido un atlético cuerpo vigoroso. El rencor permanecía, se aferraba a su ser en cada blandengue movimiento que intentaba realizar. El dolor y la rabia lo impulsaban a avanzar, a permanecer; el recordar los gritos de esa muchedumbre colérica que pedía su exterminio por saberlo ajeno. Sí, él era un otro, un maldito, un radiante brujo que se había tornado repulsivo a causa de las brasas.

Se arrastró, continuó arrastrándose hasta entrar es su guarida y alcanzar el espejo: no deseaba otra cosa que percibir en sus aún brillantes pupilas lo que esa horda de imbéciles habían hecho con él. Al ver su reflejo derramó la última de sus lágrimas, una impura, siniestra, una gota de agua salada impulsada por la más detestable de las sensaciones; un ardor distinto le había hecho olvidar el daño físico y sus pensamientos se concentraron en deshacerse de los ignorantes que habían temido al hechicero; de los envidiosos que, al no tener su poder, decidieron acabarlo o intentar hacerlo. Estúpidos: jamás perdería los hechizos, hacia falta más que un par de troncos y un incendio para desterrarlo del mundo. Su belleza se había ido, pero su magia no: él era un mago que aún resplandecía a costa del rencor.

La venganza es vulgar, pero aquello resultaba irrelevante para su odio: todos irían a al hoguera, todos perecerían en el inclemente ardor del fuego.

Angeles Ortiz Espinoza


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EL CADEJO DEL CEMENTERIO GENERAL DE COMAYAGUELA por Nadia Almendares

Esta historia transcurre a principios de siglo XX, en la ciudad de Comayagüela, se cuenta la historia de Clementina Suarez, una jóven de temple y de peculiar belleza. Clementina tenía la costumbre de visitar a su tía abuela Eduviges Cáceres, cada viernes por la tarde, en los alrededores del Cementerio General. Al terminar la visita su tía abuela le daba la bendición y le susurraba al odio –no dejes que los silbidos del viento te lleven, pueden ser engañosos-; Clementina sutilmente sonreía. Llegada la tarde de un tres de Febrero, Clementina perdió la noción del tiempo en una de tantas visitas, le agarro la noche en el camino, justo frente a la entrada del Cementerio General de la ciudad Comayagüela. En su caminata escucho un leve silbido muy sutil, casi acariciándole las orejas. Volteo para ver que era el susurro, giro su rostro hacia la puerta del Cementerio y vio la silueta de un perro blanco; quien gemía, como extraviado. Clementina ignorando los consejos de su tía abuela, decidió auxiliar aquel animal, al acercársele sigilosamente solo vio un destello rojo. Desde aquel entonces no se supo más de Clementina, los pobladores Comayagüela comentaban que aquella muchacha de bella rareza había sido poseída por el Cadejo de las muchachas vírgenes.

Nadia Almendares


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”


EL DETECTIVE por Eduardo Rocha Galván

El DETECTIVE

El sueño que acababa de interrumpir era sobre la víctima veintiocho y a Navarro le supo, de algún modo, premonitorio; en él, una bestia humanoide y de tonos grisáceos perseguía a una chica –rubia, como las demás– por callejones oscuros hasta obligarla a entrar en un edificio abandonado, donde la criatura asesinaría a la chica para saciar su hambre y necesidad. Navarro había despertado en su despacho, exaltado, hizo una llamada y tras tomar su revólver salió en busca de solucionar aquel caso que ya le había tomado tres meses y grandes cuestionamientos a sus habilidades y capacidad.

Algunos de sus enemigos aseguraban que Navarro había perdido lo de detective debido a cuestiones del corazón. Tuvo que romper varias caras para que aquellas habladurías terminaran, aunque bien sabía que guardaban algo de cierto.

Al entrar al edificio encontró a la criatura encima de lo que quedaba de la chica (Navarro entendió, por ejemplo, las mutilaciones, las mordidas y arañazos, la falta de pechos, de rostro; esa aparente facilidad con que habían sido destazadas esas pobres mujeres).

Sacó su revólver y, aprovechándose de la posición de la criatura, disparó. Atinó al costado izquierdo y Navarro también sintió el dolor. No soltó su arma, la sostuvo con una sola mano y dedicó la otra a contener la sangre que ya salía. Fue así como lo supo. En su mente todo encajó. Sabía que aquellas chicas sí guardaban algo en común, fue sólo que no quiso verlo. Todas ellas guardaban un notable parecido con Sofía, su amada, la prostituta que había vuelto a su pueblo unos días antes de que comenzaran aquella serie de asesinatos.

Eduardo Rocha Galván


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MICRORELATOS DE LOS PARTICIPANTES DEL PRIMER CÍRCULO DE LECTURA. “Lo Monstruoso, Lo Siniestro Y Lo Grotesco En Algunos Relatos De La Guerra: Las Malvinas Como Frontera”.

Dentro del círculo de lectura titulado: “Lo Monstruoso, Lo Siniestro Y Lo Grotesco En Algunos Relatos De La Guerra: Las Malvinas Como Frontera” que fue brindado a través de la plataforma de Taller Multinacional, se analizó la lectura del mismo nombre de la investigadora y escritora argentina María Lara Segade. La lectura analizada nutrió la reflexión práctica de las artes plásticas y de las visuales, ya que se aborda la categoría de lo siniestro y esto tiene aplicación en la teoría estética.

Durante cuatro semanas de análisis de la lectura, se realizaron distintas actividades entre los participantes originarios de distintos países de Latinoamérica tales como México, Venezuela, Colombia, República Dominicana, Costa Rica, Honduras, Perú y Ecuador.

El grupo no solamente se limitó a discutir la lectura seleccionada para este curso, sino que compartieron leyendas, películas, pinturas, cuentos, novelas y relatos de artistas de sus respectivos países, en los que detectaran la presencia de las características de lo siniestro, lo grotesco o lo monstruoso. Lo siniestro, también conocido como lo ominoso, es un término que hace referencia a aquello que debiendo permanecer oculto se hace presente, lo que puede ser familiar y no familiar a la vez, lo extraño, lo horroroso, lo que asusta y atrae.

Numerosos autores han definido y estudiado este término, pero destaca especialmente el texto de Sigmund Freud, quien en 1919 escribió su ensayo acerca de este tema, y que la Dra. Lara Segada retoma para elaborar su texto en el que explica cómo son narrados los seres monstruosos aparecidos en relatos de guerra de las Malvinas: bestias inhumanas, fantasmas, muertos vivos, cuerpos destrozados, etc. que al ser descritos de forma grotesca adquieren un carácter siniestro.

Freud (1919) define lo ominoso como “Aquel espanto que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”.

La actividad final del círculo de lectura consistió en la redacción de un microrrelato, donde los participantes pudieron aplicar las características de lo siniestro, lo grotesco y lo monstruoso analizadas a lo largo del curso. El resultado de esta actividad fue sorprendente, obteniendo relatos ficticios muy bien elaborados con finales inesperados y otros relatos fueron redactados basándose en hechos reales que despertaban en los lectores la sensación de lo siniestro: historias familiares y no familiares que podían conmoverlos y a la vez horrorizarlos.

Espero que disfruten de los microrrelatos que son el producto de cuatro semanas intensivas de trabajo en la lectura y la escritura por parte de los participantes del curso.

María de los Ángeles López Ortega

DRAGONA por Cristal Estrella Villavicencio Salgado

EL DETECTIVE por Eduardo Rocha Galván

EL CADEJO DEL CEMENTERIO GENERAL DE COMAYAGUELA por Nadia Almendares

EL MALDITO por Maria de los Angeles Ortiz Espinoza

El RACIMO POR LA MITAD por Angeles Pereira

DESPUÉS DE COMERCIALES por Carlos Piedrahita

LA HIJA por José Guillermo Talavera Lucero

MOMENTOS COTIDIANOS por Teresita Chavarría

ABRIL MORT por Anny Alexa Parra


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”