A veces cuando caminamos por las calles no pensamos o no nos proponemos observar a los otros, a veces o por lo general las personas nos parecen normales, pero, qué sucede cuando notamos un cambio en alguien o vemos una diferencia en otra persona que se nos sale de nuestro canon ya sea de «belleza” o lo que podríamos llamar «normal”

Imaginemos que caminamos por el parque y en ese parque aparecieran una serie de personas diferentes como por ejemplo: un gay, un travesti, una persona en silla de ruedas,una persona que camina con muletas, o intercambiando señales en lenguaje «Lesco”, quizás encontrar una personas desnudas o vestidas con atuendos de culturas diferentes como indígenas, orientales, una mujer con burka, quizas un judío ortodoxo, inmigrantes, personas de color, por citar algunos ejemplos, o cualquier persona que nos parezca diferente.

Piénsese que esta en ese lugar, cómo sería su reacción, cómo actuaríamos ante esa diferencia.

Muchas veces aunque sin querer y por alguna condición existe una reacción de choque, es un ejercicio que podría ponerse en práctica.

A veces esa diferencia puede conducirnos a sacar nuestro «lado siniestro” ante lo grotesco que nos parece el otro, lo diferente.

No soy de escribir cuentos, pensé en este tema sobretodo ahora que hay tanta migración de personas a otros países ya sea en Latinoamérica o Europa. En estos días que tanto se habla de subir muros y cerrar fronteras, ese miedo al otro a lo diferente.

Creo que es aplicable el termino de Freud «Unheimlich”, lo que nos parece extraño, lo diferente, lo ominoso.

Y muchas veces se siente miedo a esa diferencia, a lo que rompe con la cotidianidad y viene a generar cambios, muchas veces al rechazo, pero también a veces despierta un deseo de curiosidad o de aceptación según se den situaciones para aprender a aceptar esa diferencia.

Teresita Chavarría


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”