El 21 de noviembre de 1902, nació en Colombia el Señor Abril Mort, amo y señor del tiempo, el destructor de sueños.  La mayoría de habitantes en el país ignoran que su gran poder es el resultado de un sinnúmero de almas que ha tenido que pagar como tributo al viejo demonio. Quizá, esta sea también la razón por la cual, en nuestro hábitat, ya no existen los niños.

Algunos compañeros de laboratorio piensan que los niños son leyendas urbanas inventadas por nuestros profesores para asustarnos en las noches de grandes orgías sabáticas; sin embargo, yo les puedo dar fe, de que no es así, estoy completamente convencida de que algún día existieron así como los árboles siguen creciendo en las grandes laderas del río magdalena.

Algunos abuelos de la compañía, cuentan que eran como pequeñas personitas que acostumbraban salir a las calles a correr y a gritar desenfrenadamente, hasta que un día, sin explicaciones y sin que nadie se motivara por encontrarlas, empezaron a desaparecer. Para esas épocas el Señor Abril Mort ya había alcanzado su mayor poder con el éxito de sus compañías financieras…

De ahí en adelante, se hizo normal para los habitantes encontrar, de vez en cuando, diminutos fósiles regados por el camino.  Dicen que es la misma tierra que después de tantos años de guardar silencio, saca a la luz pequeños tesoros que permanecen ocultos.

Anny Alexa Parra


“Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes”