LA ERA DIGITAL: OBSCURIDAD DE LA HUMANIDAD por Evelyn Avila

LA ERA DIGITAL: OBSCURIDAD DE LA HUMANIDAD

En la era digital, se pretende generar una nueva definición de lo que significa ser humano y romper los arquetipos contemporáneos, cuestionando lo ¿qué está bien y mal?, moral y culturalmente, es precisamente este misterio que consiste en la rapidez, inmediatez y fluidez operacional en que ocurre la vinculación emocional y pasa a ser un proceso analógico de la mente; de este intercambio «digital-emocional”, emerge la «datificación” de nuestra información que es el ADN de los sistemas y controla la modernidad del lenguaje.

Partiendo del concepto de digitalizar el objeto o cosa, transitare al instante del obscurantismo de la humanidad que a través del inconsciente profundizó en la telepática y sugiere que quizás en el futuro progresivo podremos crear nuestras propias imágenes mentales y enviarlas telepáticamente, de esta relación intrínseca de la programación del subconsciente se concibió el fenómeno digital de la deep web del siglo XXI que a través de la exploración de los sueños y los sentidos, la tecnología se ha manifestado en nuestro entorno y debe desaparecer para retornar a un estado natural e invisible, como la electricidad. Sin lugar a dudas se tiene que evolucionar para esa apertura.

Se debe analizar los infinitos  avatares de la humanidad en el actual estado de comunicación personal, para  transformarnos y evolucionar  en una mejor versión de nosotros mismos, el progreso ha dotado de datos y algoritmos los sistemas estratégicos, los ha hecho  oleadas esenciales, de repetición cíclicas,  el dinero es la  voracidad virtual, el trueque de lo inmaterial, como experiencia que nos brinda confort y deleite con las maquinaciones que rigen las acciones de las diversas entidades de razonamiento que se manifiestan ante una verdad inminente, la búsqueda objetiva del propio «yo”.

Ante  esta fenomenología  surge la ferviente necesidad de combatir y negociar ecuaciones de conocimiento, dinámicas de empoderamiento funcional, creación orgánica y figurada de lo que significa ser humano, se requiere volver al proceso natural  psico emocional, molecular, atómico que conforma el cuerpo humano.

Evelyn Avila

LA COMUNIDAD IMPOSIBLE ES POSIBLE por Aline Márquez

LA COMUNIDAD IMPOSIBLE ES POSIBLE

Una mañana, en la que no tenía ningún plan, no conocía de agendas, ni tenia compromisos importantes, desperté con la noticia de que nos mudaríamos de casa. Mi zona de juegos se transformaría en un amplio terreno en el que tendría vecinos muy alejados de casa.

Mamá me pidió revisar si no olvidaba algo importante, ya que no volveríamos. Con el tiempo comprendí que me iría a vivir no sólo a una nueva casa sino que comenzaría a vivir y conocer una nueva comunidad. Esta comunidad tendría características diferentes a la antigua comunidad en la que me desempeñaba, de hecho era una comunidad que aún estaba por construirse, no tenía rasgos generales y las personas vendrían a vivir poco a poco.

Hoy en día esa colonia, que antes estaba casi inhóspita, contiene cientos de habitantes y puede decirse que ya tiene características específicas que al mismo tiempo forman parte de mi identidad.

De acuerdo a José Luis Brea, “lo común se construye” y es por medio de la comunicación que nos vamos edificando poco a poco, después de diálogos, juntas, reuniones y algunos chismes de colonia, las comunidades terminan por tener una identidad propia e identidades individuales que las conforman.

También nos encontramos con comunidades falseadas que, aunque parecen perfectamente conformadas, no son capaces de tener comunicación y sólo son la representación de otra comunidad. Un mundo regido por el capitalismo salvaje en el que accedes a tiendas virtuales, compras con dinero virtual, o permaneces invisible. Plataformas aparentemente libres pero que encarcelan con el uso masivo de información personal que se transforman en un número más de alguna chequera capitalista.

De acuerdo a Platón, en su diálogo “La caverna” todo lo que vivimos es una sombra una representación de lo real. En las comunidades digitales pasa exactamente lo mismo. Tenemos una representación de la realidad pero que al mismo tiempo conforman una “nueva realidad”.

Esta nueva comunidad busca hacer una comunidad de todo el mundo, por primera vez en la historia nos encontramos ante una colectividad en la que la palabra de cualquier persona puede tener ecos ecuménicos. Pareciera que llegamos a la comunidad utópica en la que la democracia, y decir todo cuanto queremos decir, es posible. Parecíamos tener lo que dice Brea: “Una nueva estrategia de resistencia de lucha, de resistencia”. La existencia de la nueva comunidad virtual se rige por la imagen y el movimiento, de la misma forma que de la presencia y la participación, estos compuestos que le dan vida el uno al otro son las características de la nueva comunidad virtual, dichos componentes le dan identidad a una comunidad. De igual forma, la identidad de los individuos pasa a convertirse en un biocuerpo con nuevas formas de comunicación que no son del todo orales.

Y con todo lo anterior, era obvio que también las comunidades artísticas cambiarían, por ejemplo la forma de hacer arte como el oficio de criticarla ha cambiado. Antes de la segunda mitad del S. XX se criticaba al objeto en sí, actualmente se critica a los dispositivos sociales que dan valor al arte: “Ahora se trata de evaluar las efectivas posibilidades de utilización táctica de una herramienta que está ahí alterando el perfil de nuestro mundo y nuestras posibilidades de actuación en él. Los new media, e internet en particular, no son otra cosa que operativos de comunicación eficacísimos: tanto al servicio de los intereses de homologación cultural que conlleva la expansión imperialista de los modelos dominantes contra el servicio, desde el otro lado, en las estrategias de resistencia de afirmación de lo diferencial”.

La gran ventaja de las instituciones artísticas virtuales frente a las instituciones tácitas es la gran megalización de ellas ya que un mayor número de personas pueden visitarla sin depender de las medidas y capacidades exactas de un recinto cualquiera. La nueva unidad de arte ya no es el anuncio o el mensaje, sino la website.

La megalización es tanto su mayor virtud como problema ya que al expandir la capacidad de personas el ruido es mayor impidiendo que muchas voces sean escuchadas y falseando una comunidad entera.Hay una sobrepoblación y saturación de información que desvían al “visitante” de los fines adecuados. Además de que no se cuenta con portales propios sino con un administrador de los mismos, de tal forma que limitan la expresión original y someten a la visibilización.

En conclusión, no tendríamos una identidad específica sino más bien una producción simbólica de la identidad de dicha comunidad y de las obras artísticas. El artista se vuelve un productor que une a las grandes máquinas productoras de identidad, que poco a poco están muriendo.  Con ello nos acercamos día a día a la comunidad imposible, a aquella comunidad que no tiene comunidad, en la que no hay sujetos ni individuos más que la experiencia compartida de su propia incompletud. Así como cuando yo era niña y me cambie de casa a una comunidad que aún no existía y que estaba por conformarse. La nueva comunidad virtual no es más que un sujeto en completa transformación que es todas las identidades y al mismo tiempo ninguna.

Aline Márquez 

HABITAR LA SOLEDAD: REFLEXIONES ACERCA DEL TIEMPO, LA MUERTE Y LA CREATIVIDAD por Soledad Lacorte

HABITAR LA SOLEDAD
Reflexiones acerca del tiempo, la muerte y la creatividad

  1. TIEMPO

Acerca del instante.
Habitar el presente.
Procesos cíclicos.

2. MUERTE

Vivencia de la muerte La muerte del otro.
Eternizar la muerte.

3. CREATIVIDAD

Crear y creer ante la muerte Vivencia creativa.
Diálogo entre la muerte el tiempo y el arte.

INTRODUCCIÓN

El tiempo es una discontinuidad de instantes y su duración una construcción que carece de realidad absoluta y que sólo el hábito permanente permite su repetición y hace que se lo pueda experimentar.
Nuestras representaciones mentales sugieren una aparente realidad del mundo y el tiempo encuentra su concreción y su campo de resonancia en el ser y en los objetos, pero éstos en calidad de impermanentes perecen por necesidad, porque al ir cambiando con el devenir ya nos son los mismos.
Sin embargo el hecho de caracterizar todo lo existente como perecedero y cambiante nos pone en la obligación de encontrar un absoluto en el cual se pueda fluir para entender el tiempo. Es a partir de esto que entre el espacio y el sujeto se establece una relación.
El sistema cíclico de entender el tiempo concibe tres fases de la existencia, la creación, la preservación y la destrucción. Asociados a pasado, presente y futuro respectivamente. En el intento de entender la ciclicidad y el juego entre lo creado y lo destruido se pone en duda a cuál de los momentos pertenecen, si al pasado o al futuro, pero con la contradictoria convicción de que no se puede asegurar si ambos existieron o existirán.
El tiempo es tal porque se basa la acción, en el ser y en el ser en relación a otro. Es en esta instancia donde comienzan a relacionarse la idea de la muerte y creación al concepto de tiempo. En tanto que estamos empujados a la vida y al ser, y porque en el misterio que conllevan estas relaciones es donde se quiebra la forma de percibir y concebir la existencia.
Temporalizar el devenir permite encontrar sentido en la alteridad, en el otro. La muerte en sí misma no ofrece la condición para entender el tiempo pero si deja claro que es con la presencia de otro donde encuentra una referencia, porque es a partir de ahí desde donde cuestiona desde y hacia lo más profundo.
En este debate entre el tiempo y la muerte es que se instala el arte, con la idea de poder llegar a comprender esta dualidad o por lo menos transformarla. La creación artística se da en un presente consciente de sus instantes pero que también tiene su origen en el pasado y en imágenes internas que son la sumatoria de experiencias y percepciones.
A través de las metáforas y de infinitos recursos intenta adentrarse en el futuro, para instalarse nuevamente en el pasado y volver a gestarse. Es en esta intención donde empieza el circuito infinito de búsquedas y desencuentros entre vida y muerte como entidades inseparables.


  1. TIEMPO

Acerca del instante

«¿El próximo instante está hecho por mí? ¿O se hace solo?
Lo hacemos juntos con la respiración.»1

Todo está pensado en torno a la temporalidad, es temática constante en el imaginario humano.
El tiempo sólo tiene una realidad, la del instante, suspendida entre dos nadas; para poder renacer, antes tendrá que morir, no puede trasladar su esencia de un instante a otro, cada instante tendrá una nueva dimensión.
Cada instante se vive y se mueve en soledad y mediante su fuerza creadora nos aísla de uno mismo y de los demás en el pasado, ya que lo va deshaciendo y, en cuanto al futuro, nos lo muestra como un espacio inasible.
Únicamente tenemos conciencia del presente en el presente y sólo en él, es el único terreno donde se pone a prueba la realidad. El pasado que ronda como un fantasma y la ilusión del porvenir son ecos inconscientes que el presente intenta igualar pero sin lograr más que mencionarlo, y aún así el instante que acaba de sonar no es posible conservarlo en su individualidad.
Pero si se quiere consagrar al instante como elemento primordial solo es posible confrontándolo con la noción de tiempo. El tiempo está en la fuente misma del impulso vital, pero lo que realmente explica la vida de una manera indirecta es la duración. A su vez la duración está hecha de instantes sin duración, Bachelard lo explica así con palabras de Roupnel:

“Nuestros actos de atención son episodios sensacionales extraídos de esa continuidad llamada duración.   Pero la trama   continua,   en que nuestro espíritu borda dibujos discontinuos de actos, no es sino la construcción laboriosa y facticia de nuestro espíritu. Nada nos autoriza a afirmar la duración.”2

Entonces la duración no es sino una construcción que carece de realidad absoluta y que imita la permanencia mediante la memoria, la imaginación y otros procesos similares.
La permanencia y duración del tiempo se lo experimenta en la repetición de instantes, del hábito. Nuestras configuraciones mentales sugieren una realidad posible, que solo encuentra concreción en el instante y es en el ser donde encuentra su campo de resonancia, además, necesita de la acción del ser, sólo en el presente momentáneo el ser es tal. No podemos hablar de su identidad ni de la del yo ni de la del ser ni del siendo por fuera de la síntesis realizada por el instante.

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

Habitar el presente

“¿Mi tema es el instante? Mi tema de vida. Intento estar a su nivel, me divido millares de veces en tantas veces como los instantes que transcurren, tan fragmentaria soy y tan precarios los momentos, sólo me comprometo con la vida que nace con el tiempo y que crece con él; sólo en el tiempo hay espacio para mí.”3 

Para que el tiempo se sujeto de experimentación hace falta otro elemento: el espacio donde medir el tiempo y su transcurrir, del mismo modo no puede haber espacio alguno que no exija la génesis del devenir. El ser entonces es una entidad conformada por un elemento temporal y uno espacial. Pero aún en esta relación entre espacio y tiempo no se puede pensar en una linealidad, el orden ya se presenta como una necesidad del hombre y por el contrario el azar tiene mucha mas injerencia, no es posible esconder el caos bajo un aparente orden, tal vez el problema radique en querer medir en términos lineales cuando en realidad muchos fenómenos se presentan en forma cíclica. El tiempo está vacío de duración, es imposible retenerlo o contenerlo. Lo que ocurre esta fuera del tiempo, no transcurre, siempre está aquí, desplegado en una verticalidad, ajeno al concepto del tiempo lineal.
En palabras de Fredy Parra, en su escrito acerca Emmanuel Levinas:

“El tiempo no es una simple experiencia de duración, sino un dinamismo que nos lleva, más que a las cosas que poseemos, a otra parte. Como si, en el seno del tiempo, hubiera un movimiento hacia más allá de lo que es igual que nosotros. El tiempo como relación con la alteridad inalcanzable y, así, interrupción del ritmo y de sus retornos”4

Para construir un instante complejo y reunir en él un gran número de simultaneidades es necesario romper la continuidad lineal del tiempo. En este dinamismo constante del tiempo es en el que permanentemente estamos creándonos a nosotros mismos.

Procesos cíclicos

“Pero eternamente es una palabra muy dura; tiene una «t» granítica en medio. Eternidad, porque todo lo que es no ha empezado nunca. Mi pequeña cabeza tan limitada estalla al pensar en algo que no empieza y que no termina, porque así es lo eterno. Felizmente ese sentimiento dura poco porque yo no soporto que perdure y si continuase me llevaría al desvarío. Pero mi cabeza también estalla al imaginar lo contrario, algo que hubiese empezado: porque ¿dónde comenzaría? Y que terminase: pero ¿qué vendría después de terminar? Como ves, me es imposible profundizar y apoderarme de la vida porque es aérea, es mi leve hálito. Pero sé muy bien lo que quiero aquí: quiero lo no concluido. 5

¿Cuál es el vínculo entre instantes? ¿Qué nos indica qué es el presente? ¿Cuál es el intervalo que existe entre uno y otro, entre discontinuidad temporal y movimiento temporal?
Es en este movimiento dinámico y vertical en el cual se inscribe el hombre. El tiempo va más allá de una simple experiencia de dinamismo o duración, nos lleva a otra parte, como si en su esencia hubiera un movimiento diferente a nosotros mismos más relacionado con la alteridad inalcanzable e inubicable y así con la interrupción del ritmo y sus retornos.
La alteridad de este presente pasado y futuro me viene y se afirma desde otro. Cuando el yo busca afirmarse e identificarse consigo mismo la alteridad lo lleva en un movimiento insoslayable hacia la soledad, en la cual la simple intención de la libertad no lo arranca de ella si no que ratifica el hecho de que está para siempre consigo mismo. El otro no solo redefine la soledad sino que abre sentido a estas dimensiones temporales.
El tiempo es un dinamismo que va más allá de la experiencia de la duración. Este dinamismo del tiempo es definido por el budismo como un proceso cíclico, desde este punto de vista todo movimiento eventualmente podría volver a suceder.
Desde esta visión la escuela budista denominada Madhyamaka dice que el tiempo no es sustancia ni realidad, no tiene una existencia real pero sí una convencional. Las cosas dependen de otras y así sucesivamente. El pasado el presente y el futuro no tienen una naturaleza intrínseca y sostienen la impermancencia de todo objeto y su naturaleza propia.
La escuela Madhyamaka describe tres puntos u objetos de moción: el espacio que ya se ha cruzado, el que está siendo atravesado y el que aún no se cruza. A su vez los sujetos de moción se clasifican en tres tipos: el que se ha movido, el que se mueve, el que aún no se mueve.
Paralelamente a este sistema cíclico concibe tres grandes fases de la existencia del universo: la creación, la preservación y la destrucción. La preservación puede asociarse a lo que es o está siendo pero la creación y la destrucción son más complejas ya que en apariencia la creación se correspondería con un pasado y la destrucción con un futuro. Sin embargo lo creado es también futuro, lo nuevo se sitúa en tiempo futuro, donde se crea lo que no hay ahora, es futuro respecto al pasado y la destrucción por su parte supone la eliminación de lo que hay o hubo, de este modo puede estar en el pasado o en el futuro.
Así pasado y futuro; creación y destrucción parecen hallar cierta equivalencia, por lo tanto es imposible asegurar su existencia. El único punto de acción es el ser y también su punto de afirmación. Existe, pero en calidad de impermanente.
La impermanencia es la cualidad central de la existencia en donde todo cambia y nada se mantiene igual. Es la capacidad de la realidad de mantenerse en un mismo lugar estado o calidad. Un punto de delicado equilibrio entre aferrarse y no aferrarse.
La impermanencia propone de alguna manera incorporar como parte de la vida la idea de la muerte, no como final sino como parte de un movimiento natural.
Desde la filosofía budista Nagarjuna se dedican a erradicar la noción de naturaleza permanente   del   tiempo  y   sus   tres   componentes   y   aunque   el   tiempo puede descomponerse hasta el infinito no existe átomo indivisible, en consecuencia no puede existir ninguna esencia.
Pero si lo que llamamos tiempo es un devenir entonces existen cambios y por ende transformación, entonces ningún cuerpo existe igual en los tres tiempos. Nada está estático en un absoluto. Intentar ordenarlo es imposible, debajo de su orden figurado existe un caos, el único orden posible es el de la ciclicidad. No hay nada en el futuro que no haya estado en el pasado, al menos como semilla.


2. MUERTE

Vivencia de la muerte 

“Te escribo en la hora exacta en sí misma. Me desarrollo sólo en lo actual. Hablo hoy –no ayer ni mañana–, pero hoy y en este mismo instante perecedero. Mi libertad pequeña y enmarcada me une a la libertad del mundo; pero ¿qué es una ventana sino el aire enmarcado por escuadras? Estoy ásperamente viva. Me voy, dice la muerte sin añadir que me lleva consigo. Y me estremezco con la respiración jadeante por tener que acompañarla. Yo soy la muerte. Es en éste mi ser mismo donde se da la muerte, ¿cómo explicártelo? Es una muerte sensual. Como muerta ando por entre la hierba alta bajo la luz verdosa de los tallos; soy Diana la cazadora de oro y sólo encuentro huesos. Vivo de una capa subyacente de sentimientos: estoy viva a duras penas.”6

A través de conocer la muerte como fenómeno, como acontecimiento natural es que podemos abordar también la vida. Sin embargo hablar de ello significa conectar con aspectos que alguna nos es muy difícil dimensionar y que tal vez sea algo que no lleguemos a entender.
No vivimos para experimentar la muerte, esta no altera el mundo sino que lo termina. Nadie puede sufrir ni experimentar su propia muerte. Es incomprensible, podemos estudiarla y prepararnos pero nuestra propia muerte nos trasciende. Desde nuestra visión y vivencia nos damos cuenta que cuando estamos muriendo no podemos darnos cuenta de que ya morimos, no nos es experimentable. Podemos saber que estamos en el proceso pero no vivimos nuestra muerte completa. La ciencia puede explicar procesos físicos y puede decir como ocurren las cosas en el mundo pero jamás podrá decirnos como es que el mundo existe, como es que la realidad existe, por eso, es ahí donde aparece una actitud mística para intentar responder esas preguntas. Aún así, lo místico no intenta responder como son las cosas en el mundo, sino que el mundo exista. La filosofía tampoco lo hace, pero lo que sí hace es volvernos conscientes de los límites de la razón y al hacernos sentir esos límites insuperables nos demuestra que los de nuestra propia vida son literalmente invivibles e inefables.
En todo este recorrido lo que inspira cierto temor son las representaciones anticipadas que hacemos de la muerte.
La cultura además moldea la forma en que pensamos acerca de la muerte, puede ser vista como un enemigo que hay que conquistar o como parte indivisible de la vida. La cultura da forma también las experiencias de las pérdidas y los rituales que las rodean. Sin embargo la relación que cada uno establece con la muerte se teje en el plano más íntimo, a través de la consciencia personal.

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

La muerte del otro

“Nosotros; ante el espectáculo de la muerte.”7

El sufrimiento es irremisible del propio ser, nos empuja a la vida y al ser pero también nos acerca a la proximidad de la muerte.
La muerte como misterio supone un quiebre del modo de percibir la experiencia, la muerte es una gran incógnita.
El hecho de que la muerte se escape al presente remite a su incomprensión y nos lleva al punto donde ya no podemos poder, es la imposibilidad de tener un proyecto.
Ante la experiencia de la proximidad de la muerte estamos en relación con algo que es absolutamente otro. Como se hace para seguir siendo sí mismo en medio de una existencia a la que inevitablemente le acontecerá morir.
Solo se enfrenta a esa situación en la relación con el otro. Nos encontramos con la muerte en el rostro de los demás. Esta me concierne, me cuestiona desde lo más profundo y afecta la identidad, no cabe entonces sino responsabilidad.
Cada muerte es única como la presencia de cada persona, la intención de la necesidad de la muerte surge a continuación. El otro se convierte en símbolo de todos los demás, donde la experiencia de la muerte del otro no puede ser la propia pero su significación es tan insondable que pertenece a la experiencia personal.
La muerte no puede separarse del misterio del amor y de los vínculos, la muerte del otro no es sólo un saber sobre la muerte, sino una vivencia intensa que desarticula cualquier intento de racionalizarla.

Eternizar la muerte

“Pinto ideas, pinto el más inalcanzable «para siempre». O «para nunca», da igual.”8

Frente a la muerte y más particularmente frente a la muerte de otro cercano se ponen en juego aspectos muy sutiles y conexiones muy profundas. Acompañar a morir puede ser un momento trascendental o solo una faceta más de la vida.
Cuando morimos, todas las pérdidas que podríamos experimentar se combinan en una sola perdida, total, en todo su sentido.
Vivir la proximidad de la muerte desde un lugar de compromiso con uno mismo, con los otros y con la naturaleza es una gran oportunidad para llegar al entendimiento con la propia vida, del modo más inspirador y transformador, para acercarse a su verdad.
Asistir a quien está muriendo es un comienzo para volvernos libres de temor y responsables respecto al propio morir. Afrontar los propios miedos permite ayudar a otra persona a exponer sus temores a aceptar lo que han sido o lo que han hecho.
Aprender a soltar y soltarse en ese momento constituye un acto de libertad inmenso. Vivimos en este campo del tiempo, pero lo que se refleja en él es la manifestación de un principio eterno. La experiencia de lo eterno, sea lo que sea la eternidad, está aquí.


3. CREACIÓN

 Crear y creer ante la muerte

 “Debería existir una pintura totalmente libre de la dependencia de la figura –el objeto– que, como la música, no ilustra nada, no cuenta una historia y no lanza un mito. Esa pintura se contenta con evocar los reinos incomunicables del espíritu, donde el sueño se convierte en pensamiento, donde el trazo se convierte en existencia.”9

Cuando se tiene una experiencia del misterio, se sabe que hay una dimensión del universo que no es lo que nos llega a través de los sentidos. Vivir en algo más grande que la dimensión humana o tan inevitable como la muerte, nos lleva a personificar o simbolizar estas fuerzas naturales.

Vivir este campo del tiempo en donde lo que se refleja es la manifestación de un principio eterno, como es la búsqueda de trascendencia, la experiencia de lo que se es, es plasmada en un plano simbólico.
Pero la eternidad no pertenece al tiempo, está mas allá de él, es sobre la experiencia que de él tenemos que todo sucede. Poder ver detrás de los fragmentos del tiempo y de las rendijas que se nos aparecen es una de las funciones del arte, del éxtasis de estar vivo.
Entre dos instantes en el que se abre todo el intervalo, todo el abismo que separa el presente y la muerte es en el que queda siempre un lugar para la esperanza.
En las imágenes visuales se relacionan muerte y tiempo. La representación es puro presente y la persona que piensa por la representación es un ser que escucha su pensamiento y su corazón.
La alteridad entre pasado, presente y futuro tiene su correlato en la visión del tiempo que juega entre creación, preservación y destrucción. Formas de ver y entender el tiempo inherentes también a la creación artística que viene a sumar algo absolutamente nuevo a la manera de vivir el tiempo y que tiene que ver con trascender y trascenderse en el afuera y para otros.
La muerte y el arte mantienen una relación muy estrecha, el arte en todo el despliegue de creatividad encuentra mil maneras diferentes de acercarse a la representación de la ella.
En la creación se gesta la idea en profundo contacto con lo que nos antecede, creamos a partir de un horizonte de vivencias que nos constituyeron y nos constituyen.
Los tiempos o temporalidades en el espacio creativo son el resultado del entrecruzamiento simultáneo de varios tiempos, internos y externos.
En la creación se articula lo dado, lo imposible y los posibles y se trabaja en la reorganización en todos los sentidos de estas instancias. Convocando así a redes de sentido que se relacionan con la instancia de preservación y vinculadas al presente, estos elementos se constituyen abiertos a múltiples significados y en ellos coexisten diferentes rostros de la temporalidad.
Cuando la creación se vincula con el futuro o destrucción de la temporalidad, es la forma que tiene de resignificarse y gestar nuevas posibilidades. La destrucción o desconstrucción son una incógnita ya que los recorridos y recursos de la creatividad son infinitos en cuanto a su peculiar manera de procesar y expresar el sentido final.
En el acto creador ser y deseo pactan por un instante para volver luego a ese perpetuo desgarramiento del ser entre pasado y futuro. Las imágenes que emergen constituyen el lenguaje íntimo que nos permite arribar a diferentes niveles de autoconocimiento. De alguna manera el caos bajo el cual vivimos encuentra un ámbito en el cual puede expresarse libremente así como también puede encontrar un cierto orden. Pero en la ciclicidad nada tiene un orden fijo, por lo tanto lo que ayer fue semilla y hoy expresión puede ser que mañana vuelva a su origen o se esfume dando paso a otras posibilidades.
En la condensación de lo finito y lo infinito, a la cual podemos denominar inagotabilidad se abre paso una infinitud que no excluye la muerte, sino que la incluye como momento donador y transformador de forma.
Una eternidad intensiva que no es lo contrario de infinito.

Vivencia creativa

“No quiero preguntar por qué se puede preguntar siempre por qué y seguir siempre sin respuesta: ¿consigo entregarme al expectante silencio que sigue a una pregunta sin respuesta? Aunque adivine que en algún lugar o en algún tiempo existe la gran respuesta para mí. Y después sabré cómo pintar y escribir, después de la extraña pero íntima respuesta.”10

La improvisación es una de las llaves maestras de la creatividad. La creación espontánea surge de nosotros mismos y de nuestra particular originalidad. No todo puede expresarse en palabras, hay niveles preverbales que tienen que ver con el espíritu y que para abordarlos tenemos recursos internos con los cuales iniciar un trabajo lúdico. La improvisación es extemporánea, eso significa que está fuera del tiempo y a su vez desde él se alimenta; de lo inesperado de la vida.

 

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

El secreto que conlleva vivir la experiencia creativa es la de develar la zonas oscuras y de temor que llevamos dentro y liberar al mismo tiempo un lenguaje interior que va a encontrar su reflejo en la obra. Descubrir que en el juego entre improvisación y concreción surge la libertad y la posibilidad de trascender es lo que habilita la posibilidad de experimentar la vida y entregarse a ella aún estando cerca de morir. Permite expandir horizontes internos, elaborar y resignificar los miedos y conflictos.

“Procesos creadores impulsan arribos a diferentes niveles de conciencia, establecen aprendizajes en acceso y en el trabajo con esos niveles de conciencia, por los cuales el pensamiento que activan, la sensibilidad y los contenidos de imágenes   que emergen, constituyen mundos en estado de renacimiento, descubrimiento e incesante expansión.”11

Las imágenes creadas que surgen de la intuición forman parte de del inconsciente colectivo, se suman al incesante flujo de expresiones individuales. Estas expresiones son el fruto de la conexión con el presente y sólo en el presente es que se manifiestan. Contienen en sí mismas un instante que empieza a circular en el tiempo para atravesarlo y dar sentido el hecho de terminalidad con el que estamos en el mundo.

Diálogo entre la muerte el tiempo y el arte

“El mundo por un instante es exactamente lo que mi corazón pide. Estoy dispuesta a morirme y a constituir nuevas composiciones.”12

La razón de la obra es trascender el tiempo, la angustia frente a la muerte y la idea de mortalidad del ser humano. Ante la inminencia de la muerte se abre el campo de la creatividad porque el ser intenta permanecer en el tiempo, en el presente y en la memoria colectiva. La huella personal en las obras enlaza los tiempos; parte de la fugacidad de la vida surge como metáfora del deseo inconsciente de escapar a la muerte.
La linealidad pierde su sentido. La obra pasa a ser un instante en el que se concretan todos los instantes. Una mirada de estabilización momentánea en un determinado tiempo y lugar.
La angustia de durar que plantea la individualidad está ligada a la integración de la existencia; al mundo de las cosas que es canalizado en las producciones.
La obra es la encargada de vincular el tiempo biológico y el tiempo histórico, el tiempo interno y el tiempo externo en una sincronía incesante, manteniendo viva la memoria a través de esa impronta que evoca la ausencia.
En la necesidad de vincular lo que nos es propio como lenguaje y su representación tomamos contacto con nuestra soledad, en ella esta nuestra verdad, desnuda de apariencias, aguardando para ser expresada. Cuando se habita en la soledad desde la responsabilidad con uno mismo, nuestro espacio interno se enriquece y empezamos a escuchar con nuestra claridad nuestra propia voz.


CONCLUSIÓN

Mañana o la próxima vida, nunca sabremos lo que llegará primero.
No existe nada que sea constante, nada posee el carácter de duradero, lo que produce angustia al afrontar la muerte y la fugacidad del tiempo es que ignoramos el sentido de la impermanencia.
El universo entero es transformación constante, la impermanencia lo constituye y nos constituye. No existe nada que podamos calificar de sólido o duradero. Sólo el instante presente nos pertenece realmente y aún siendo así, es imposible retenerlo.
Cuando aceptamos la muerte transformamos lo que nos sucede y la forma de habitar nuestro aquí y ahora. La vida está hecha de muertes y nacimientos constantes, como una danza del cambio. En todo momento se oye el sonido de la impermanencia, hasta los pequeños cambios son pequeñas muertes. A su vez genera temor porque puede parecer que nada es real, sin embargo en el fondo es generadora de un movimiento vital intenso desde lo más infinito como el universo hasta lo más íntimo y espiritual que nos constituye. Entramos en consonancia con nuestra soledad, sola, pero no desolada. Existe algo que sobrevive a la muerte y al sentido de estar vivo, difícil de conceptualizar y catalogar y tiene que ver con nuestra manera única de experimentar el misterio del presente. Y si además tenemos la posibilidad de que nuestras representaciones y relatos internos encuentren materialidad en el afuera a través de la creación de nuevos lenguajes, propios y originales de cada uno, la vivencia que tenemos de la muerte y el tiempo puede cambiar radicalmente de sentido. El arte es un terreno fecundo para tomar conciencia y el sujeto creador está inmerso en actos de libertad; activa una red de relaciones inagotables en la cual él se instaura como eje en su propio estar vivo y puede construir así su propio lenguaje simbólico, puede navegar mar adentro, a la deriva, pero no a ciegas. Vivir con la muerte cómo limite nos obliga a cambiar nuestros propios límites y no se trata de romperlos para ser libres nada más, sino para trascenderlos.

1 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

3 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

4 Parra, Fredy, “EL Tiempo,el Otro y la Muerte a través de Emmanuel Levinas”, Teología y Vida. Vol. L.2009. p 575

5 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

6 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

7 Clarice Lispector, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

8Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

9 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

10 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

11 Fiorini, Héctor Juan, “El Psiquismo Creador”, Editorial Paidós Psicología Profunda. 1995. p. 65

12 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

Bibliografía

Bachelard, Gastón. “La Intuición del Instante”. Fondo de Cultura Económica. (1932) Campbell, Joseph. “El Poder del Mito”. Colección Reflexiones. Emece Editores. (1991) Fiorini, Héctor Juan, “El Psiquismo Creador”, Editorial Paidós Psicología Profunda.1995

Lispector, Clarice “Agua Viva”. Ediciones Siruela. (1973)

Muñoz. Adrián, “Kalacakra: breves consideraciones en torno al tiempo” Acta Poética 32-2 (2012)

Nachmanotvich, Stephen “Free Play. La Improvisación en la Vida y en el Arte”. Editorial Paidós. Entornos 1 (2009)

Olivé León, “La Muerte. Algunos Problemas Filosóficos” Revista Ciencias. N° 38 (1995)

Parra Fredy. El tiempo, el otro y la muerte a través de Emmanuel Levinas”. Teología y vida. Vol L (2009)

Parralo Aguayo, Carmen. “Huella y Framentos. Dos Constantes Expresivas del Artista Contemporáneo Ante la Muerte. La Angustia Creadora.” Tesis Doctoral Universidad Complutense de Madrid. (2005)

Rimpoché,Sogyal. “El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte”. Ediciones Urano.( 2015)

Seminario
Fugacidad y Muerte: Imagen, Sonido y Palabra
Docente: Elizabeth Susana Vega
Año 2017

SILENCIO HOSPITALARIO: DESDE LA ESTRUCTURA HASTA LOS/AS QUE LO CONSTITUIMOS, ¿UNA DECONSTRUCCIÓN A TRAVÉS DEL ARTE? por Lorena Salamendy

SILENCIO HOSPITALARIO: DESDE LA ESTRUCTURA HASTA LOS/AS QUE LO CONSTITUIMOS, ¿UNA DECONSTRUCCIÓN A TRAVÉS DEL ARTE? 

“En este mundo sólo hay dos cosas que merecen la pena: el estudio y el derroche”
Vila-Matas, Enrique, El viajero más lento, op. cit., p. 51.

El edificio la estructura hospitalaria es un agente protagónico dentro del proceso salud- enfermedad-atención; ya que el espacio físico es un espacio simbólico que involucra las percepciones y sentidos que los usuarios le otorgan al espacio en que se desenvuelven. Estéticamente es una arquitectura rígida sin color, pasillos y salas no identificadas las puertas de los consultorios siempre cerrados y las salas de esperas atiborradas de gente sentada sigilosa esperando a ser llamados. Tal vez no sea otra cosa que la quietud que experimentó Cage, descripta por James Pritchett, con la esperanza de generar un ruido o ruptura de un encuentro hacia algo. Los que somos parte como efectores/as de salud hacemos nuestro trabajo con la lógica de mercado entregamos un producto generalmente protocolizado, estructurado una forma de dar respuesta a algo ya estudiado aprendido en grado que tiene una repercusión inmediata, aliviar dolor, quitar dolencia siempre que se pueda, generalmente el resultado obtenido por el/la “paciente” es morbilidad, mortalidad o curación. La ciencia, lo científico realiza una escucha a medias, evalúa y observa desde la mirada médica únicamente a un cuerpo. Es decir realiza una comunicación desde estructuras cerradas, rígidas ya establecidas (sala vacía). Entonces: Sí, la institución hospitalaria da respuesta a una dolencia, a una enfermedad ante la demanda de “alguien” actuando en causa –efecto; ¿podría el arte cumplir un rol en estas instituciones? ¿Cómo haría John Cage para generar un silencio en tres movimientos? ¿Sirve este tipo de acciones? ¿A quien estaría dirigido? ¿Qué efectos podría cumplir? —John Cage, « ¿Hacia dónde vamos? Y ¿Que hacemos? »1

El artista Daniel Duarte Loza, en el artículo “Hacia el Arte Indisciplinario: “Algunas reflexiones y una acciónpropone el concepto de indisciplina salir de las formas establecidas para generar un campo de formación del arte diferente, tendiente a la expansión y no a la mera contracción, limitada a compartimentos estancos y cerrados asociado, frecuentemente al ámbito de lo militar– en tanto regulador y ordenador riguroso del individuo. (Duarte Loza, 2012) que desvinculan lo social y la subjetividad de los sujetos.

Utilizar recursos artísticos para posibilitar un espacio de intercambio social, -un intersticio-2, que genere una comunicación más humana y con ritmo diferente al que impone la vida cotidiana del hospital (Bourriaud, 2008), así el arte como acción como un instrumento permite reflexionar sobre el conflicto que genera el saber establecido basado en el paradigma modelo medico hegemónico (Menéndez, 1988), lo cual ese silencio edilicio pueda ser resignificado dando lugar al uso de un propio lenguaje, construidos a partir de recursos basados en el arte, como la utilización de la performance como herramienta para desactivar la condición científica de la correspondencia entre forma y contenido (Blasco, 2013); o el paisaje sonoro para relacionar la dolencia , el estrés. En fin un abanico de posibilidades para abordar desde otras investigaciones el proceso de salud-enfermedad-atención. Con el objeto de: Implementar acciones de comunicación (revista hospitalaria); Visualizar espacios hospitalarios olvidados (salas de espera, sala de emergencia, sala de internación, espacio verdes hospitalarios); Documentar, registrar el impacto de las acciones; y Generar líneas de investigación.

Cuando releo, esta gran pregunta, este acercamiento a una disciplina que llamo ARTE, aún me pregunto: ¿Que es arte, para mí? , no dejo de pensar en ese auto etnografía tan referencialmente caprichosa, narcisista y llena de poesía vacía, incógnitas personales y una escritura que poco dice de algo, pero que se aproxima a un descubrimiento. Pienso en ¿Que quiero hacer?

Pegar con cinta papeles de notas en una pared específica del hospital (sala de guardia). Registrar con audios el relato de los pacientes crónicos

Poner música en sala de internación (Sala 1 y Sala 3 de mujeres y varones), y la entrega de libros en ese mismo momento.

Registrar el sonido del hospital

Colgar del techo guardapolvos blancos Pintar una pared de color negro

Hacer un taller de canto, percusión en el patio del hospital, para los que trabajamos ahí. Hacer una huerta en el hospital

Generar un museo a cielo abierto

Conclusiones

Problematizar el concepto de enfermedad; así como discutir su reducción que se hace sólo al ámbito fisiológico-anatómico, que deriva en acciones tecnócratas y modificaciones conductuales dónde la lógica causa-efecto deviene como un modo único de abordaje. Y Por otro lado, el espacio físico también es un espacio simbólico, por lo que se debe incorporar las percepciones y sentidos que los usuarios le otorgan al espacio en que se desenvuelven. Es importante que el hospital, como institución pública, genere herramientas y abra espacio para que las personas que le dan vida se vean reconocidas. Así, desde múltiples intervenciones artísticas, se puede dar comienzo a un proceso de identificación y cohesión entre el espacio hospitalario y los sujetos.

Buscando promover la salud y el bienestar de la comunidad del Hospital R Gutiérrez, fortaleciendo la humanización de los espacios. Fomentar el sentido de pertenencia con el hospital, dando lugar a la expresión de las subjetividades involucradas, e incidiendo, a su vez, en el modo de vivenciar las relaciones intersubjetivas e institucionales, con la intención de integrar el concepto de promoción de salud y el arte en una dimensión multicultural y multisocial.

Lorena Salamendy

 

1. John Cage: «Where Are We Going?And What Are We Doing?», Silence.Middletown, Conn.: Wesleyan University Press, 1961, pp. 220-222. [Hay edición española: «¿Hacia dónde vamos? Y ¿Qué hacemos?», Silencio: conferencias y escritos. Madrid: Árdora Ediciones,2002, pp. 220-222, trad. Pilar

2. El intersticio es un espacio para las relaciones humanas que sugiere posibilidades de intercambio distintas a las vigentes en este sistema, integrado de manera más o menos armoniosa y abierta en el sistema global. (Bourriaud, 2008).

Bibliografía

Duarte Loza Daniel Hacia el Arte Indisciplinario: Algunas reflexiones y una acción. 2012 2012: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia (España)

Blasco Selina, Investigación Artística y Universidad: Materiales para un debate. 2013 Ediciones Asimétricas. (España)

Pritchett James Lo que el silencio enseñó a John Cage: la historia de 4’33’’

Menéndez E. L. Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria. Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. 1988 30 de abril al 7 de mayo. Buenos Aires. 1988 Pág. 451- 464.

Urquía M. Teorías dominantes y alternativas en epidemiología. Buenos Aires: Ediciones de la UNLa; 2006. p. 28- 84

Almeida Filho N, Rouquayrol MZ. Historia de la Epidemiología. En: Introducción a la Epidemiología. Buenos Aires: Lugar Editorial; 2011. p. 21-42.

Bourriaud N. Estética relacional. Buenos Aires. Adriana Hidalgo editora; 2008. p. 1-75

EVASIÓN DEL SILENCIO por Tania Romero

Vivimos en un mundo en el que el poder más terrible es el ruido.
El silencio es el lujo más caro. Los niños tienen terror al silencio,
pero los mayores también. Por eso nos ponen música en los ascensores.”

(George Steiner).

Parece que estamos acostumbrados al ruido, a las conversaciones, siempre escuchando algo, o nosotros como emisores de sonidos, pero en este momento que me encuentro aquí, sentada escribiendo en mi computadora me doy cuenta que mi mente sigue atenta a cada sonido, es como una cacería sonora, cuando empieza a percibir silencios comienza a buscar fuentes de sonido, ¿por qué no puede estar tranquila ante tan exquisito silencio?

Y entonces me doy cuenta que no puedo silenciar aquellas voces que hay en mi mente, en mis pensamientos, me doy cuenta que el silencio que me regala mi entorno solo es un obsequio para dejar fluir esas voces que no suelo escuchar a menudo, cada idea y sentimiento genera un pensamiento que estalla en mi mente y tiene su propia voz. Será esta la razón del por qué la gente esta tan a acostumbrada al ruido, prefieren evadir esas voces internas con sonidos que les son ajenos, tal vez sea un sentimiento de miedo.

Pero el silencio es ese momento en el que tenemos la oportunidad de reconocernos, de identificar esas ideas a las que no les damos el tiempo de fluir, por eso la noche está llena de personas con insomnio, es cuando nos desconectamos y enajenamos de todos esos aparatos y ruidos que ocupan nuestra atención a lo largo del día, en cambio la noche está llena de silencio, tal vez haya pequeños sonidos, como el canto de grillos o ladrido de perros, pero al conectar con nuestros sonidos internos, pasarán desapercibidos, esas voces unidas con imágenes reales o ficticias pero que al final nos hace liberarnos y autoconocernos, y cuando nuestras voces internas estén silenciadas creo que será el reflejo de una armoniosa conexión de nuestro interior con el exterior, que al fin nuestros demonios han encontrado paz, nuestra paz.

Tania Romero

EL SILENCIO COMO EXPERIENCIA INTERIOR Y EXPRESIÓN ARTÍSTICA EN TORNO A LA MUERTE por or Sofía Boonil

  1. Un viaje al fundamento

Algo que es inherente a la vida como proceso natural, pero que, sin embargo, resulta complejo y doloroso de hablar, es la muerte: esa experiencia que en particular llevó al ser humano, en sus orígenes, a reconocer los límites de su conciencia y su razón de ser. La incertidumbre frente al duelo, en la esperanza de recobrar lo perdido y el desengaño contínuo ante la realidad de que todo lo que vive absolutamente finaliza, fue quizá insoportable. Fue, probablemente, el profundo miedo a la finitud, lo que condujo a la creación de la expresión creativa de un concepto religioso fundado en una profunda convicción sobre la supervivencia del alma.1

El ser humano percibe la muerte como una catástrofe, cuyo horror la encarna en un problema que configura su vida. Esta honda conciencia contribuyó definitivamente a fabricar posteriormente un mecanismo mítico y mágico con el propósito de afrontar, superar y resolver la muerte para integrarla a la existencia.2

Reproducción del «entierro floral» de la Cueva Shanidar

La muerte, como tema de extensa envergadura la hallamos intrínseca en la cultura humana y prehumana (Homo naledi y homo Neandertal).3 Sus múltiples representaciones revelan los más profundos significados, cuyas raíces más hondas se encuentran en los orígenes de la humanidad y nos alcanzan hasta hoy día. Los humanos no sólo desarrollaron rituales religiosos, sino también otras formas creativas que se expresaron en estructuras arquitectónicas y esculturales. Prueba de esto son los dolmen o tumbas de sepulcro colectivo, templos, filas de piedra y círculos del período neolítico que van del año 4000 al año 2000 a.c.1 También se sabe que la especie del Homo Sapiens de Cromañon enterraba personas en cuevas y cubrían los cuerpos con ocre rojo y los decoraban con brazaletes y collares de dientes de animales, herramientas y ornamentos. El rojo ocre pudo haber representado la sangre de la vida. Nuestra herencia prehistórica incluye la amplia presencia mundial de huellas de manos de color ocre rojo presentes en Australia, África, América del Norte y del Sur, Alaska y hasta la Patagonia. Hemos estado utilizando fuego durante por lo menos dos millones de años, por lo que las conexiones entre los mamíferos de sangre caliente y el fuego conducen fácilmente a una fusión donde el rojo es un color que simboliza la vida. 4

 


Magdalenian burial site, via Renee Garcia, Anthropology, http://www.saddleback.edu/faculty/rgarcia43/Anth9.ht

El miedo a lo inevitable es evidente. La antropología muestra que, en todas partes, los muertos han sido objeto de prácticas que corresponden a creencias relacionadas con su supervivencia y existe también una área de inquietud, de horror a la finitud, de terror a la descomposición del cadáver y dolor provocado por el óbito. Una aguda aflicción provocada por la pérdida de la individualidad, pero que, en cierto modo, también aporta sentido y propósito a nuestro aliento. El trauma a la muerte, se encarna en ese espacio ambiguo que separa: la conciencia de la muerte, de la aspiración a la inmortalidad. Gilgamesh es un ejemplo de esto.2 También lo es el mito de Orfeo o la travesía de Dante por el infierno, que ilustran las antiguas actitudes hacia la muerte y muestran la aflicción provocada por el óbito. En relación al duelo, se sabe de las plañideras (palabra que proviene del verbo plañir, es decir, sollozar), mujeres contratadas para llorarle al difunto en los velorios, pues se creía que los llantos que emitían limpiaban el alma del difunto.5

A través de la historia, la sociedad externó y significó sus emociones hacia la muerte propia y de otros, mientras que ahora el expresar esas emociones se ha convertido en un tabú que va mucho más allá de acallar el duelo. El dolor es algo que ahora se vive en la esfera de lo privado.

  1. Las huellas de la guerra

Tras el genocidio y el horror provocados por la guerra deviene un influjo sobre las formas en que la memoria colectiva actúa para sobrevivir. Y el arte, creo, tiene el potencial de formar un rol importante en ese sentido. En la historia se ha visto que tras terribles atrocidades, la sociedad transita por un proceso de duelo colectivo, cuyo impacto es reflejado en la producción cultural. Un ejemplo de esto es el silencio que doblegó a Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Fue evidente esa ausencia en la producción cultural cuyo silencio obviaba el insondable duelo manifiesto por la brutalidad de la guerra.6 Incluso algunas   imágenes cristalizaron ese proceso de duelo público y se volvieron “emblemas del sufrimiento, como la instantánea del niño en el gueto de Varsovia en 1943, con las manos levantadas, arreando al transporte hacia un campo de exterminio” 7(Sontag, 2010, p. 137).

 

Niño en el gueto de Varsovia en 1943

Posteriormente en el aspecto de la creación cultural, tras la devastación de la guerra, surgió una aguda necesidad de nuevos referentes, motivaciones, direcciónes y formas de expresión que derivó en acción, rebeldía, transformación, creación, reflexión e innovación, es decir, en una ruptura de lo que las artes habían sido hasta entonces. Los diversos testimonios revisados por Sánchez Durá de los soldados que estuvieron al frente de batalla, revelan que dependían de la escucha para identificar vivos, heridos o muertos e incluso para sobrevivir de bombardeos. Ellos regresaron de la guerra con una concepción diferente del mundo donde su sentido auditivo fué crucial para comprender la realidad y responder a ella. Lo que después derivó en una estética de lo sonoro y de la escucha.6

 

Este es un clip de un documental sobre dada, https://www.youtube.com/watch?v=fkl92oV1kMc

Los dadaístas evidenciaron la irracionalidad y la incoherencia con que el lenguaje fue empleado a favor de la guerra. Ellos se valieron de esa insensatez para expresar, sarcásticamente, su preocupación hacia la conflagración, dislocando la lógica formal del lenguaje y arrebatándole su sentido funcional para convertirlo en unidades de sonido. Fue en el Cabaret Voltaire en 1916 donde varios artistas con intereses afines comenzaron a reunirse, ahí surgió el dadaísmo. Los artistas exploraban el sentido tonal del lenguaje despojándolo de su significado y usándolo como entidades resonantes. Elaboraban poesía sin sentido léxico o gramatical, era más bien un interés sonoro lo que les provocaba la exploración. La interdisciplina comenzó a tener fuerza pero no se tergiverso la búsqueda en torno al sonido y al silencio como objetos de investigación que resultó también en nuevas manifestaciones plásticas posteriores que fueron antecedentes del happening como los recitales poéticos de Francis Picabia o Roger Vitrac autor de Poison (A Drama Without Words, 1923). Fue entonces que se comenzó a hablar de lenguajes en el arte.6

 

Broom: An International Magazine Of The Arts, Volume 5, Number 4, November 1923

Simultáneamente en 1923 Alfonso Reyes convoca a realizar un tributo al poeta Mallarmé, en el que el silencio es llevado a la acción volviéndose un antecedente histórico del arte sonoro y los happenings.

  1. El silencio en las artes visuales

En 1912 se publicó De lo espiritual en el arte, de Wassily Kandinsky, en el que plantea un esquema teórico en relación a la simbología del color, de donde retomo sus ideas en torno al negro y al blanco. “El blanco, que a veces se considera un no-color… es el símbolo de   un mundo en el que ha desaparecido el color como cualidad o sustancia material… tan por encima nuestro que ninguno de sus sonidos nos alcanza, de él sólo nos llega un gran silencio que representado materialmente semeja un muro frío e infranqueable, indestructible e infinito. Por eso el blanco actúa sobre el alma como un gran y absoluto silencio. Interiormente suena como un no-sonido… No es un silencio muerto sino, por el contrario, lleno de posibilidades. El blanco suena como un silencio que de pronto puede comprenderse. Es la nada primigenia, la nada anterior al comienzo, al nacimiento. Quizá sea el sonido de la tierra en los tiempos blancos de la era glacial…”(Kandinsky, 1979,p.73).

Robert Rauschenberg 1951 White Painting At New York

Más tarde en 1951 Robert Rauschenberg crea sus White Paintings en la tradición de la pintura monocromática, cuyo propósito era reducir la pintura a su naturaleza más esencial, y conducir ulteriormente a la posibilidad de la experiencia pura. Las White Paintings fueron exhibidas en 1953 en una galería de Nueva York, donde John Cage tuvo la oportunidad de verlas.9 El mismo Cage, quién se vió profundamente impactado por la obra, declaró que fue después de haber presenciado las White Paintings, que surgió su pieza silente 4’33’’ interpretada por vez primera en una sala de conciertos en Nueva York en 1952 por David Tudor. En ese momento Cage, puso en evidencia la composición musical improvisada que se deriva de su escucha. Finalmente la pieza 4’33’’ resultó en un importante viraje para el desarrollo del arte sonoro y la música experimental del S.XX. 6

John Cage’s 4’33’’, 1952, A cargo de William Marx. https://vimeo.com/49738079

Pero Rauschenberg no se detuvo ahí, también produjo su serie de Black Paintings y en 1953-54 se trasladó de las White Paintings y Black Paintings a la serie de Red Paintings, que fueron creadas con diversos tipos de pintura roja y diversos materiales como madera, clavos, papel de periódico y otros materiales sobre el lienzo que ya eran precursores su conocida serie Combine. 9

Robert Rauschenberg, Untitled [four-panel black painting], 1951

Robert Rauschenberg, Red Import (a la izquierda) y Red Interior (a la derecha), ambas piezas realizadas en 1954

Si bien, Rauschenberg no es el único en haber explorado estos pigmentos, me ha llamado la atención que antes de saltar en su producción a otra cosa, haya pasado previamente por estas coloraciones que encuentro simbólicas del blanco, el negro y el rojo. Kandinsky menciona que “la otra gran antinomia se basa en la diferencia entre el blanco y el negro, los colores que producen la otra pareja de tonos clave: la tendencia a la claridad o a la oscuridad” (Kandinsky, 1979, p.65) pero no sólo en un sentido literal: “El sonido interior del negro es como la nada sin posibilidades, la nada muerta tras apagarse el sol, como un silencio eterno sin futuro y sin esperanza. Musicalmente sería una pausa completa y definitiva… El negro es apagado como una hoguera quemada; algo inmóvil como un cadáver, insensible e indiferente. Es como el silencio del cuerpo después de la muerte, el final de la vida. Exteriormente es el color más insonoro” (Kandinsky, 1979, p.73 y 74). Del color rojo describe adjetivos como calidez, vibración incandescencia, riqueza y diversidad tonal cuya correspondencia musical sería un sonido insistente, irritante y fuerte. Es decir lleno de vida.8 Aquí vemos que la simbología del color pudiera tener relación con una noción de asociaciones de carácter colectivo en lo que se refiere al blanco, al negro y al rojo.

  1. La negritud

Aunque la oscuridad y la luz no existen la una sin la otra, a diferencia del blanco o el rojo, encuentro que el negro tiene una referencia más constante en relación al silencio y la analogía con la muerte. El negro se vincula con conceptos como el no ser o la nada. Según el génesis el negro es el color primario y fundamental, «la tierra estaba vacía, y la oscuridad estaba sobre la superficie del abismo» (Génesis 1.1–5).10 En este tipo de ideologías se tiende a una radicalización polar de significar el blanco (luz/vida) como el bien y el negro (vacío/muerte) como el mal. El negro, es un color que alude a la noche, al vientre materno, al misterio de la mente subconsciente, a la muerte, o a la nada originaria del todo… Pero no nos sería posible percibir la negritud si no fuera por la luz que absorbe, o que incluso proyecta, como lo define Pierre Soulages al referirse a sus obras negras que nombra outrenoir, » Mi instrumento no es el negro, sino la luz reflejada del negro… un color y un no-color, cuando la luz se refleja en el negro, la transforma y transmuta».11 Sus pinturas son conocidas por su profundidad negra y la textura que rompe con la uniformidad del negro atribuyéndole tonalidades, escalas de silencio.

Pierre Soulages, Peinture 309 x 181 cm, 12 décembre 2013, Acrylic on canvas

Ad Reinhardt aborda más bien, en sus Blacks Paintings, el concepto del vacío pleno del ser en el budismo. En la homogeneidad de un formato de nueve cuadrados iguales recubiertos de color negro en los que sólo cambia casi inaudible el matiz de cada cuadro, toda forma desaparece en una reducción monocroma.12

Ad Reinhardt, Black Paintings 1960

El negro sin textura, sin formas, ni matices, ni brillo, un negro casi absoluto e imaterial. Un negro puro, quieto, profundo, absorbente, inmóvil. Este tipo de expresión remite a los inicios del arte abstracto, cuando kandinsky hablaba de la espiritualidad y de la emoción pura del color. En el arte abstracto las apariencias no eran lo relevante sino el sentido místico emocional de la búsqueda por la espiritualidad interior.13 En 1915, en la última exposición futurista de pinturas llamada Suprematismo 0.10, en San Petersburgo, Kasimir Malevitch colgó su obra en la esquina superior de la habitación que tradicionalmente se reservaba en Rusia a los iconos religiosos, y tiempo después aclaró: «No era que yo estuviese exhibiendo un lugar vacío, sino el sentimiento de la ausencia del objeto»14.

Kasimir Malevitch, Cuadrado negro sobre fondo blanco 1915, San Petersburgo, Rusia.

Cuando la pieza carece de representación, su sentido simbólico cambia y adquiere un significado donde la ausencia es la esencia, la nada, una espacio vacío para ser contemplado y significado. El negro expresa silencio, ese silencio arroja una pregunta, una sombra que acoge una intimidad enigmática pero que incita a la luz del pensamiento. En las instalaciones que James Turrell llama Dark Space, crea atmósferas en las que el espectador es confrontado para descubrirse a sí mismo y converger en el silencio de la negritud, para poder cruzar con todo lo que ésa vacuidad provoca y sumergirse en la luz.15 Antagonismo que, entre la materialidad del espacio y la espiritualidad de la luz, crea una dimensión en la que la oscuridad, el vacío y la ausencia conducen a una interiorización presente.

James Turrell, Roden Crater, 1977                 James Turrell, Ronin, 1968

Pero la oscuridad también revela nuestros temores. Un pánico que quizá también se manifestó desde las épocas en las que aún no se había descubierto el fuego. La oscuridad además posee un universo lúgubre. El inframundo es oscuro, aterrador y siniestro como lo relata la hazaña de Dante. El tenebroso infierno era representado con los más terribles escenarios fúnebres y luctuosos, en los que la luz no tenía cabida. La oscuridad era una oscuridad del mal. Y así, la noche, vestidos de indefensión alguna, nos envuelve desamparados frente a los peligros de las sombras deambulantes y monstruosas. En la inconsciencia del sueño uno puede ser víctima de alguna atrocidad perturbadora y morir para siempre en manos de fantasmas perversos y malignos. El íncubo o La Pesadilla de Johann Hënrich Füssli, cuando fue expuesta por primera vez, en 1782, provocó una gran perplejidad, lo que le consagró como el pintor de lo extraño y de lo sobrenatural. Todas estas ideas reposan sobre la oscuridad de la noche cuando los engendros abominables aprovechan para atacar a sus presas, simbolizando el caos y la muerte.16

Johann Heinrich Füssli, The Nightmare, 1790−1791

  1. Conclusiones

“Es únicamente un presentimiento que el espíritu no se arriesga a mirar, pues se pregunta si la luz es sólo un sueño y el… negro la realidad.” -Sobre el blanco y el negro. Wassily Kandinsky

Quizá como un llamado a la reflexión en relación al silencio y la muerte, desde el trabajo que han realizado diversos artistas para meditar sobre “ese” lugar que es la noche, o sobre la luminosidad que alumbra el pensamiento, para cavilar sobre una naturaleza interior indescriptible, me abrazo. No en la esperanza sino en un reconocimiento de lo que no se explica. De súbito, un día, abandonamos esta existencia permanentemente. Nada es para siempre. Pero la muerte sí lo es. Al menos para nosotros los vivos. En esta investigación descubro que el arte es un continuo transcurrir del fragmento, de la fragmentación del cuerpo del registro histórico subjetivo y colectivo sobre esa noción de la ausencia silente. No como una dispersión sino como un muestrario de lo que hemos llegado a concebir como conjunto. Un espaciamiento de una temporalización que no se puede conocer. En ese silencio quieto, que no es el de la muerte en sí sino advenimiento continuo de la presencia del “no ser”, como aquello que habla desde el no tiempo, desde el no lugar de la muerte, desde la imposibilidad expresada; un “algo” que de alguna manera conocemos, y que tememos, y reconocemos, pero que no es ni será… sino un pasaje a la atemporalidad, aquella que podemos imaginar mediante el arte. Una especie de encarnación del silencio. Una tierra de nadie y de todos, un silencio de ruina dominante, de serenidad y de encuentro entre unos y otros, los que siempre hemos sido y seremos en una constante ola que nos separa de nuestra individualidad para dar origen y continuidad a la colectividad. Porque así llegamos a ser nosotros: heredando una gran historia, llena de pequeñas pérdidas, dolores, amores, pasiones, creaciones… El arte serviría entonces como una suerte de ejercicio de mediación que nos ayudaría a los humanos a “digerir” el trauma ocasionado por ese silencio permanente que llamamos muerte. Todos somos un pedazo de humanidad, y el arte puede hacernos conscientes de nuestra vulnerabilidad.

There is just one art.

There is just one museum of fine art.

There is just one art history, one art evolution, one art progress.

There is just one aesthetics, just one art idea, one art meaning, one ART principle, one art force.

There is just one truth in art, just one form, one secrecy.


There is just one artist always.

There is just the artist in the artist as the artist-as-artist.

There is just the one art process, the one art invention, the one art discovery, the one art routine.

There is just the one art-work, just the one art-working, just one art non-working, just one ritual, one attention.

 

There is just one side, one way, one freedom.

There is just one edge, one framework, one ground, one existence, one fabric, one focus. There is just one problem, one task, one obligation, one struggle, one victory, one discipline.

There is just one negation, one value, one symmetry, one monochrome, one touch, one energy, one shape.

 

There is just one method, one manner, one interlace, one overall, one overlap, one order, one rule, one thought, one spontaneity.

There is just one shape, one square, one execution, one transcendence.

There is just one materiality, one density, one presence, one absence, one disembodiment.

There is just one simplicity, one complexity, one spirituality, one uselessness, one meaninglessness.

There is just one statement, one technique, one texture, one importance, one silence, one texturelessness.

There is just one reason, one means, one emptiness, one irreducibility, one END.

 

There is just one art-morality, just one art-immorality, one art-enemy, one ART-indignity, one ART-punishment, one ART-crime, one ART-danger,

one ART-conscience, one ART-guilt, one ART-virtue, one ART-reward.

 

There is just one art, one artlessness, one painting, one painterlilessness, one effortlessness. There is one difference, one sameness, one consciousnessness, one nothingness, one rightness, one indivisibility, one diversity, one essence, one finess.

There is just one thing to be said, just one thing that cannot be said…

 

There is just one painting everytime.

There is just one direction, one directionlessness, one form, one formlessness, one formula, one formulalessness, one formulation.

There is just one image, one imagelessness, one plane, one depth, one flatness, one color, one colorlessness, one light, one space, one time.

 

There is just one repetition, one destruction, one construction, one dissolution, one evanescence, one abstraction, one rhythm.

There is just one qualitylessness, one object, one subject.

There is just one style, one stylelessness, one matter, one sequence, one series, one conviction, one tradition.

There is just one participation, one perception, one invisibility, one insight.

Ad Reinhardt, Poor Old Tired Horse, no. 18 (no date)

 

Bibliografía

1.(Funerary art in megalithic culture, essay by Elizabeth Nay-Scheibler, Alemania Occidenta, del libro Arte Funerario del Coloquio Internacional de Historia del Arte, Volumen II, UNAM, Edición de Louise Noelle 1987, México, F.)

2.El Hombre y la muerte, Eduardo Morin, Barcelona, Editorial Kairós, 1994

3.Homo nadeli es un homínido extinto del género Homo, que fue descubierto en 2013 en una cueva de lo que ahora es Sudáfrica… las características anatómicas lo sitúan en las raíces de los primeros Homo… Hay algunos indicios de que los individuos pueden haber sido colocados deliberadamente en la cueva cerca del momento de su muerte… El profesor Lee Berger de Wits University Sugiere que «estos individuos eran capaces de comportamiento ritual»… Se especula que la colocación de cadáveres en la cueva era un comportamiento ritual, un signo de pensamiento simbólico.

https://en.wikipedia.org/wiki/Homo_naledi     http://www.bbc.com/news/science-environment-34192447

En las tumbas más antiguas del Neanderthal en la cueva Shanidar, Ralph Soleckien en 1960, encontró el esqueleto de un hombre adulto acostado en posición fetal parcial. Se reunieron muestras de suelo para analizar el paleoclima y la historia de la vegetación del lugar y descubrieron grupos enteros de polen de flores con propiedades medicinales, además del habitual polen encontrado en todo el sitio, lo que sugiere que las plantas enteras con flores habían sido depositadas en la tumba hace 16.000 años. Lo que apunta a una actitud ritual hacia el entierro. (THE HUMAN OCCUPATIONS OF EL MIRÓN CAVE (RAMALES DE LA VICTORIA, CANTABRIA, SPAIN) DURING THE LAST GLACIAL MAXIMUM/SOLUTREAN PERIOD,

Lawrence Guy Straus, Manuel González Morales, Ana Belén, Marín Arroyo y María José Iriarte Chiapusso, Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Nueva época Prehistoria y Arqueología, t. 5, 2012, pp. 413-426, ISSN: 1131-7698   http://revistas.uned.es/index.php/ETFI/article/viewFile/5351/10378)

4. Use of red ochre by early Neandertals, By Wil Roebroeks, Mark Sier, Trine Kellberg Nielsen, Dimitri De Loecker, Josep Maria Parés, Charles E. S. Arps and Herman J. Mücher, Edited by Richard G. Klein, Stanford University, Stanford, CA, 2011

5. https://www.belelu.com/2013/10/las-planideras-y-el-arte-de-llorar-penas-ajenas/

 http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/03/130228_cultura_taiwan_planidera_profesional_jg

https://es.wikipedia.org/wiki/Pla%C3%B1idera

6. ESPACIOS RESONANTES: DEL PAISAJE SONORO DE LAS TRINCHERAS A LA ESCUCHA DEL SILENCIO EN ALFONSO REYES Y JOHN CAGE, Rocío Garriga Inarejos, ESPACIO, TIEMPO Y FORMA, SERIE VII HISTORIA DEL ARTE (NUEVA ÉPOCA) o 4, REVISTA DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA, UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA, MADRID, 2016.

7. Ante el dolor de los demás,Susan Sontag, Barcelona: Círculo de Lectores, 2010, 137.

8. De lo Espiritual en el Arte, Wassily Kandinsky, La nave de los locos, PREMIA editora,

https://gabrielagarbo.files.wordpress.com/2010/01/30760245-kandinsky-vassily-de-lo-espiritual-en- el-arte-pdf.pdf

9https://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Rauschenberg#The_White_Paintings.2C_Black_Paintings.2 C_and_Red_Paintings

 10. Génesis 1:1-5 Reina Valera Contemporánea (RVC), La creación, Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
 https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1%3A1-5&version=RVC

 11.http://www.randian-online.com/np_event/pierre-soulages/#

 12. Ad Reinhardt, Abstract Painting, by Nancy Spector, Solomon R. Guggenheim Museum, New York By exchange, 1993, COLLECTION ONLINE, https://www.guggenheim.org/artwork/3698

13. HERnándEz-NAVARRO, A.: «El cero de las formas. El Cuadrado Negro y la reducción de lo visible», Ima- fronte, n.o 19–20, (2007–2008), p.125; VEgA, A.: Zen, mística y abstracción. Ensayos sobre el nihilismo religioso. Madrid, Trota, 2002, p. 35.

14. MAlEVICh, K.: The non objetive world. Chicago, Paul Theobald and Co., 1959, p. 68.

15. A Turrell Dark Space is an enclosed room with no seemingly perceivable The concept of a Dark Space is not about what one is supposed to see but the experience of what Turrell describes as “seeing yourself see.” http://jamesturrell.com/work/type/dark-space/

16. EL VACÍO ILUMINADO DEL NEGRO, Alicia Sánchez Ortiz, ESPACIO, TIEMPO Y FORMA, SERIE VII HISTORIA DEL ARTE (NUEVA ÉPOCA) N.o 1, REVISTA DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA, UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA, MADRID.

Sofía Boonil

DELIRIO – ESCUCHA – MORATORIA SILENTE por Nora Flores

1. Delirio.

Aquí vamos.

N

(Le maneja lo que viene siendo el delirio).

Ingredientes:

a) Escucha. Shhh… Se abren los mundos del mundo mudo tú suenan los otros.

b) Sonido.Respirar, exhalar, el primero. ¿Ya escuchaste ladrar los perros?

c) Silencio. Uno mismo bajo el agua, bajo fondo. Ahí todo es transparente

d) Lenguaje: El que teje, caminante, el que enreda, el que escupe. ¡Lotería!

e) Guerra.Ahhh… Agghhh Rattttt aaaatttttaaa.a luz, ráfaga, rojo. Perdimos la señal, el viento-pólvora, viento cadáver. ¿Dónde nacerán las flores? Le duele,me duele, nos pisa nos pudre.

f) John Cage. Líneas corren paralelas, tiempo que canta que discurre sin prisa. La nota es ahora nota.

g) Alfonso Reyes.Uno de piedra, cuadrado raíz que suena a presente, tiempo en el segundo que fue

h) Raíz.(… … … …) Aquí están los que fueron, siendo son. En la cabeza se disemina, es espora la memoria,todo lo abarca, todo lo contamina, todo lo vuelve a formar. De barro camina, de barro traiciona, encantadora la palabra, arrugada la frente.

Del plato a la mesa.

El mundo mudo, shhh ahora las líneas corren paralelas. Ahí todo es transparente.

¡LOTERÍA! (encantadora la palabra, nos pisa, nos pudre).

Mezcle lentamente, según John Cage, es espora la memoria. Paciencia, el tiempo que canta discurre sin prisa, uno de piedra, cuadrado raíz es uno mismo bajo el agua, bajo fondo. Perdimos la señal… Viento pólvora, viento cadáver, todo lo abarca. El que escupe todo lo vuelve a formar, . Líneas corren paralelas, nos pisa, nos pudre. ¡SHHH! Uno mismo bajo el agua. Que se abren los mundos, uno de piedra, aquí están los que siendo son. (Respirar, exhalar) ¿Dónde nacerán las flores? A ghhh Rattttt aaaatttttaaaa… ¿ya escuchaste ladrar los perros?

El mundo mudo. Tiempo que discurre S I N prisa. Suenan los otros, ahí todo es transparente.

Le duele, uno mismo, el primero los mundos del mundo, caminante que enreda. Aquí (… … … …) Raíz, encantadora la palabra, arrugada la frente tiempo en el segundo que fue. La nota es ahora LA, línea en el teléfono. ¡Lotería!

LUZ RÁFAGA. (Perdimos la señal).

2. Escucha.

I.

Normalmente recurro a la escucha de mi cuerpo cuando hay demasiado ruido en mi cabeza, cuando los pensamientos no me dejan, cuando mi estrés está a tope y comienzo a mover compulsivamente el pie.

Ese es el primer sonido que me alerta.

Debes parar. Date un tiempo.

El sonido de mi pie es un dieciseisavo cuando estoy peor.

Cierro los ojos. Comienzo a escuchar mis molares machacarse uno contra el otro. Me detengo. También los pies. El sonido del ventilador de la computadora pasa a segundo plano. Está presente pero el micrófono se va a mis órganos. La respiración siempre tiene un dejo de reloj de arena. El aire se desliza sedoso, lo escucho y lo siento. Ahora puedo escuchar mi pulso. El corazón late. Pum-pum.  Pum-pum. Laten mis sienes, el pulso se va aquietando. Ahora un sonido acuático, un concierto de ballena peristáltica. El sonido de mis vísceras me divierte, son como un animal dentro del animal que soy. un zoológico que muge mi aparato digestivo.

Me da comezón la cabeza.

crach crach. Las uñas se enredan en mi cabello. Ahora en primer plano el exterior.

Ya quiero jugar. Sed. Voy por agua y escucho el arroyito del garrafón. El niágara que llega al vaso. Tengo una fijación por el sonido del agua. Desde pequeños manantiales particulares cuando lloro, (el sob… sob de los sollozos), la saliva con algo de campana cuando viaja de la boca a la garganta.

A veces puedo devolver el agua a la jarra una y otra vez sólo para escuchar el sonido del agua cuando toca el vidrio del vaso. Me gusta escuchar la lengua de mi gato chapoteando en su cuenco cuando bebe. A veces creo que me baño por escuchar el agua.

Cuando abro los ojos, el oído ha sido un Virgilio generoso.

II,

Afuera es también adentro.

Amo la Ciudad de México tanto como la odio. Esa relación sé bien que es lugar común. Sus sonidos me fascinan y su ruido me hace querer desaparecer más de dos veces al día.

La primera noción de amanecer me es dada por un maullido y un ronroneo, sigue la suavidad del cojinete amasando mi cabeza que me indica que es hora de abrir la ventana y el micrófono.

En el ínterin, mi vecino favorito, un árbol enorme, me da los buenos días con muchos pájaros. Ahora en invierno más recatados y en franco delirio orgiástico en primavera. Sean los pájaros los que nos guíen al infierno y probablemente sea menos amargo el camino.

La calle se mete a mi casa sin pedir permiso. Los autos en la calle, las risas de los niños que van a la escuelita de la esquina. Las cortinas de los negocios vecinos. El día comienza.

Decido salir de la ciudad con la oreja en modo expansivo.

Tomo la carretera, El sonido del viento con el vidrio abajo termina por ensordecerme y llenarme los oídos de aire. Siempre termino cerrando los vidrios hasta que llego a mi lugar de arribo.

Hoy no paso por quesadillas. Quiero llegar temprano y desayunar con mis viejos.

Al fin llego. Más pájaros.

Hacia la tarde vuelvo a la idea de oreja-laboratorio.

Salgo, subo el cerrito vecino.

Comienza otro viaje.

El viento ahora sin la velocidad es indulgente, susurra como amigo sabio, cierro los ojos… ¿Grillos?  Son apenas las 4pm!

Yo qué sé de los horarios de los grillos…

Otro sonido más agudo, un insecto que no adivino. A lo lejos ladran perros. La carretera abona de vez en cuando más sonidos de automóviles, algún camión.

Escucho mis pasos. El sonido del pasto seco es un crunch crunch que siempre reconforta, me lleva a las memorias de infancia.

N o   r  a a a …  Ya vamos a partir el pastel.

Es la voz de mi madre a lo lejos en la voz del timbre del Whatsapp…

Me dispongo a apagar el oído y a prender la escucha de los afectos.

Es su cumpleaños.

III,

Regreso a casa.

Seguiremos reportando.

3. Moratoria silente.

Esta moratoria fue un poco impuesta, estuve casi dos días afónica, me dolía hablar y aparte no había para qué. Estuve tres días en pijama y en la cama, ocasionalmente me levantaba, al baño o a tomar agua o prepararme té, entonces se me hizo más sencillo concentrar la atención, (de ahí lo afortunado de tener en mente las actividades del taller), esa era una manera de motivarme. Francamente no quería hacer nada. Solté el cuerpo y el jueves por la noche tuve una experiencia muy peculiar.

Era la tarde y el sol comenzaba a ponerse. En el árbol que da a mi ventana comenzaron a hacerse escuchar los pájaros que regresaban a su casa. Algarabía vespertina. Los escuchaba muy nítidamente, distinguía sus graznidos particulares, como si a cada uno les asignara un canal, «muteaba» uno y le subía el volumen a otro, y así… Luego el sonido del viento, hubo mucho viento, un silbido agudo en primer plano que provenía de mi ventana, un huequito que hacía de pequeña boca silbante. Revisé y cerré bien la ventana por donde algo de frío también se colaba. (plack! seco al cerrar. Gssht, más quedo, el seguro de la ventana). Rasco la persiana, un glissando de madera que suena a gis discreto. Regresar a la cama, el sonido de mi cabello en la almohada quedo y suave. Interrumpe el silencio acceso de tos. Es ronca, grave, el pecho silba, primero suena a ebullición líquida, luego más seca. La cabeza me estalla. Duele la garganta, el sonido de la saliva que viaja al gaznate irritado, ahora ese sonido que me gusta duele.

Me siento muy mal. Además siento mucho frío. Sé que tengo fiebre y me vale. Me tapo hasta la cara. Escucho un avión pasar a lo lejos. La avenida grande está a tope, no había abierto ese canal, escucho el tráfico cada vez más fuerte. Me tapo la cabeza. Me sueno la nariz. Más ebullición líquida, (me gusta ese sonido). Se vacía la nariz y ahora me ensordecí un poco. Duele más la cabeza.

Bajo las cobijas el sonido del pulso, las sienes… Mi respiración con la boca, ronronea. Me arde la garganta, es un sonido que me duele, es un poco verde. Además hoy estoy con antojo de mandar el mundo al diablo. Comienzo a llorar quedito, veo café; más obstrucción nasal, el sonido del Kleenex arrugado, comienzo a sollozar quedito, el café va poniéndose rojo en mi frente, luego más tos en primer plano. Le subo el volumen a mis sollozos y lloro…  Lloro como en violeta, mucho morado y se pone dentro todo azul ronco, azul aullido. Lloré tan bonito… Escucho mis Aaaaaggghhhh haaa haaayyy…. Me escucho llorar y ahora siento feo. Me abrazo un poco, siento que abrí de más la llave y estoy muy ronca (de nuevo en primer plano), vuelve el rojo pulsante. La cabeza ya me estalla y tengo fiebre en serio. Me destapo y voy por agua. La jarra con agua, el sonido del choque del cristal con cristal, el agua cayendo (plshhhhh….).  Sonido de cajón abriéndose, metálico, ahora no hay color, rechina. Sonido de cápsula metálica de pastilla abriéndose, se rasga el empaque (psht). Bebo el agua y escucho como pasa, (a lo lejos el ruido de la calle, una mamá con niños que lloran, suenan a que están chiquitos, como de dos años, no hablan todavía muy bien. El señor de la tienda que cierra la cortina de su local (prrraaat!) Se desliza y topa en el piso. Camino hacia la cama. Tomo la playera que me quité el día anterior y voy al lavabo. Abro el grifo. El agua cae. El chorro suena grave yéndose por la coladera, medio azulito de nuevo. Mojo el trapo, exprimido agudo. Regreso a la cama. Mucho frío, duele mucho tragar saliva. El pecho sigue su pequeño rugido de gato más grande, hay algo de rojo-morado. Trapo en cabeza. Cierro los ojos.  Ya son casi las diez de la noche. Ya no escribo nada, hasta aquí el ejercicio. Me duelen los ojos, los siento cocidos, muy azul plúmbago. Sólo abro el canal del lápiz sobre el cuaderno, sonido de gis, me gusta mucho ese sonido. Un pájaro se escucha insistente, ya es un graznido individual, como llamando a alguien.

Aspectos positivos.

La escucha abre la percepción de mis otros sentidos. Estoy más alerta. Me imagino mi cerebro como una especie de consola sofisticada y el entorno como una sala con sonido envolvente muy alucinante. Entre más se concentra la atención se abren más canales para cada pequeño sonido. Me gusta pensar que aunque hay sonidos quedos y fuertes, sonidos fijos o sonidos que viajan, también algo hace que siempre mi escucha asocie colores. Salen tonalidades, es muy frecuente gamas de rojos y azules. A veces uno que otro amarillo y casi nunca verdes.   Esa asociación sé que la hace mi mente, no los veo con los ojos, pero me gusta mucho esa visión interna. Luego escuchar mi cuerpo enfermo tiene algo que no había percibido, me hizo ser consciente de mi enfermedad de otra manera, me llamó mucho la atención el sonido del pecho silbando, me imaginaba mis bronquios inflamados, el sonido me llevaba a visualizarlos. Los sonidos de la tos, me llevan a imaginar una erupción.

Hay algo muy reconfortante en el sonido de mi entorno, el árbol que da a mi ventana siempre es muy generoso, el sonido del viento, cómo se mueven las hojas, los pájaros que en la mañana son algarabía y en la tarde se ponen más melancólicos. Los aviones a lo lejos también son un sonido que me gusta mucho, es porque son periódicos y no suenan muy cerca, el sonido del aire que se cuela por ese resquicio apenas perceptible produce un silbido muy agudo, desagradable, casi amarillo.

Aspectos negativos.

Lo único negativo que encuentro en esta experiencia es que cuando ponía atención a los sonidos del cuerpo, sentía con más nitidez el dolor. Esto no me había pasado porque no había hecho este ejercicio enferma. Pero así sucedió, sentí muy nítidamente cómo se incrementaba la temperatura y me punzaba más la cabeza, es porque le puse más atención al dolor. También por eso detuve el ejercicio y no profundicé más. Después del ejercicio entré en un alucín un poco inducido y un poco por la fiebre, pero así me dormí y amanecí con todo el cuerpo magullado y con un dolor asqueroso de cabeza. Fue el día que peor la pasé por la noche.

Aspectos neutros.

Creo que por las condiciones dadas, no encuentro mucha neutralidad, fue intensa la experiencia.

Cambio y fuera.

Nora Flores

PER / SONA por Milagros Morandi

PER / SONA 

“La palabra “persona” proviene del latín persona, que significa aquello a través de lo cual (per) pasa el sonido (sona). Se refería originalmente a las máscaras que usaban los actores en el teatro clásico, porque las tales máscaras tenían bocas megafónicas, destinadas a proyectar el sonido en el teatro al aire libre. De modo que la “persona” es la máscara, es el papel que representamos.”  

Alan Watts, Nueve Meditaciones.

La máscara es lo que creemos ser, pero para saber lo que somos en realidad y lo que es en realidad el mundo, debemos desenmascararnos y meditar; de manera que a partir de ése desprendimiento percibamos lo que es, como en verdad es. Más allá de la ilusión, las ideas y las percepciones que asumimos convencidos como reales, o tomando en cuenta las palabras de Watts, nuestra enmascarada forma de existencia, somos en realidad vibraciones, sonidos que pasan por nosotros.

El Universo es vibración, culturas ancestrales lo intuían y ponían en práctica la sanación a través del sonido y la vibración. En su texto Budismo y Vibración, Samuel Soriano (2007) visibiliza la valiosa y extensa herencia sociocultural que la historia, la religión y las tradiciones chamánicas han legado a la humanidad acerca del uso del sonido:

“En diversas tradiciones místicas de todo el mundo, en los textos religiosos convencionales, se considera el sonido como el fundamento del mundo físico. En el chamanismo, el empleo del sonido como catalizador para crear estados de conciencia no ordinarios está muy difundido en todas las culturas tradicionales. (…) El sonido también se utiliza como vehículo para una toma de conciencia de los paisajes interiores.”

El sonido como vibración sonora de frecuencia regular, o bien el sonido “agradable” al oído, es entonces en teoría el patio de juegos propicio para la meditación. Sin embargo, la concepción tradicional de meditación, en todos sus términos (a excepción de su esencia) obligatoriamente se transforma o reconfigura, ya que a partir de la modernidad y su revolución industrial y tecnológica, vivimos sumergidos en un mundo lleno de caos, smog y catástrofes, ruidos y disonancias. Y eso no está mal, simplemente es. La desestetización del sonido es aceptar la vida y el tráfico del ser moderno. Tratar de hacer caso omiso a la “fealdad” del sonido es no aceptar la noción de Silencio redimensionada por John Cage, el silencio moderno, que no es más que una experiencia sonora:

“La experiencia del sonido que prefiero sobre todos los demás es la experiencia del silencio. Y el silencio en casi todas partes del mundo ahora es el tráfico. Si escucha a Beethoven o a Mozart, ve que son siempre lo mismo. Pero si escucha el tráfico, ve que siempre es diferente.” (John Cage, Nueva York, 1991).

La experiencia del ruido entonces recalca la no-repetición, a diferencia de la música tradicional y la puesta escena de un ejecutante. A partir de allí se busca meditar en el caos y con el caos. Meditar ya no conlleva aislarse. Una especie de antítesis de la meditación con los cuencos de la india. La búsqueda del ser a través del sonido y del compañero disonante pero esencial en nuestros tiempos, el ruido. Mucho antes decía en 1913 Russolo en su Manifiesto Futurista “El arte de los ruidos”:

“Todas las manifestaciones de nuestra vida van acompañadas por el ruido. El ruido es por tanto familiar a nuestro oído, y tiene el poder de remitirnos inmediatamente a la vida misma. Hoy el arte musical, complicándose paulatinamente, persigue amalgamar los sonidos más disonantes, más extraños y más ásperos para el oído. Nos acercamos así cada vez más al sonido-ruido. Esta evolución de la música es paralela al multiplicarse las máquinas, que colaboran por todas partes con el hombre. No sólo en las atmósferas fragorosas de las grandes ciudades, sino también en el campo, que hasta ayer fue normalmente silencioso (…)”

A partir de allí podemos decir que hasta queriéndonos aislar al lugar más recóndito a meditar vamos a escuchar el sonido de una maquina o el vestigio de la revolución del hombre, vestigios sonoros, paisajes de ruido. Emular el caos como sacrificio para que percibamos lo que creemos que no percibimos a través de la acción sonora. El azar en forma de ruido, representando el absurdo y la abstracción como medio más fiel de la expresión y el inconsciente colectivo. Patafísica y futilidad para meditar en el ruido no premeditado y efímero.

En una charla TEDX del monje budista Matthieu Ricard llamada “Sobre los hábitos de la felicidad”, este plantea que mientras se esté en un estado de plena y avanzada meditación el practicante de la misma puede llegar a no sobresaltarse ni inmutarse ni con el estruendo de una bomba. Por otro lado cuenta su experiencia de cómo tuvo que practicar la meditación dentro de una máquina de resonancia magnética para someterse a un estudio cerebral. Las personas que hayan experimentado este examen pueden saber que dentro de la máquina, además una experiencia claustrofóbica, los ruidos que emite la máquina no son nada “Bellos” ni rítmicos. Sin embargo, este monje, dice poder haber alcanzado meditar en este estado. Les dejo primero una foto de una de sus experiencias y en pie de foto el link con unos efectos sonoros simulando los ruidos que emite la máquina para realizar estudios de resonancias magnéticas cerebrales.

Link de efectos sonoros simuladores de resonancias magnéticas cereblares: https://www.youtube.com/watch?v=DOjALmwaJ1Q&t=205s

A partir de todo lo antes planteado cuento mi experiencia con las sesiones sonoras e en forma de una presentación de una sesión personal de autodescubrimiento a través del sonido y del ruido, de las vibraciones, catarsis en forma de epifanías sonoras. Una acción sonora in situ con un objetivo principal, la auto-sanación.

“Cuando el existencialismo empieza a tocar mi puerta yo tengo mi religión, mis rituales y mi manual de autodescubrimiento. Está todo allí en esas paredes de madera, en la acústica y el sonido, en el ruido, en los oídos y en la garganta. Toda meditación, toda esencia y el principio del Universo están esperando en el sonido”.


A partir de todo lo antes planteado surgen las siguientes preguntas:Participación en la acción sonora del Gabinete Sonoro Goma Espuma en el jardín de esculturas del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

  • ¿Se puede meditar en el caos, finalmente?
  • ¿Cómo se experimenta mejor la meditación? ¿Con una escucha pasiva? ¿O escuchando mientras se ejecutan sonidos y ruidos?

Milagros Morandi

PATRONES RÍTMICOS EMERGENTES DE LA ESCUCHA EN EL ESPACIO PÚBLICO por Manuel Mendoza

PATRONES RÍTMICOS EMERGENTES DE LA ESCUCHA EN EL ESPACIO PÚBLICO

El sonido es la sensación del oído al responder a la vibración del aire, esta vibración puede provenir de distintas superficies y elementos, el caminar en el espacio público conlleva un acto de apreciación sonora muy rica en eventos, ya que los estímulos al oído son de una enorme cantidad de emisores.

Esta enorme cantidad de información que llega hasta nuestros oídos puede pasar desapercibida de nuestra conciencia, solo cuando se dispone a escuchar es que la vorágine de elementos acústicos representan una significación en nuestra mente.

No obstante este nivel de escucha, propongo, puede afinarse, al intentar reconocer patrones rítmicos que emergen de esta escucha. Entendiendo a un patrón como una serie de sucesos recurrentes que parten de una evento primigenio.

Por ejemplo el escuchar sonido de un claxon con una duración de tres segundos seguido del onomatopéyico grito del vendedor del pan con la misma duración y rematar con el silbido del pito del policía que emula la duración de los eventos anteriores.

Así como escuchar tres taconazos del caminar una mujer, tres tosidos y tres ladridos, con el mismo tiempo de separación.

Si lo ejemplificamos visualmente podríamos generar una partitura para espacio público.

Manuel Mendoza

LA MUSICALIDAD DEL SILENCIO EN LA IMAGEN ESTÁTICA por Karina Pampo

LA MUSICALIDAD DEL SILENCIO EN LA IMAGEN ESTÁTICA

La relación sonido-imagen, esta regularmente asociada a disciplinas del arte dinámicas y audiovisuales; sin embargo, no podemos negar que al observar obras como La gran ola de Kanagawa o Rémi escuchando el mar, ya nos estamos instalando en la armonía de su sonido. Lo mismo cuando observamos los Elefantes musicales de Dhalí o las guitarras de Juan Gris, comienza a entrelazarse la imagen con una sensación auditiva.

La relación de una imagen en apariencia estática puede ser más dinámica de lo que creemos; en su composición, la elección de formas, colores, posiciones, paisajes y situaciones, más allá del concepto, lleva un ritmo implícito que a veces desciframos de manera imperceptible; se trata una musicalidad proporcionada sin emitir un solo sonido.

Se evidencio está musicalidad tomando imágenes al azar y mostrándoselas a personas con edad adulta; al entrevistarlas acerca de su evocación de sonidos o patrones musicales, algunos resultados mantuvieron coincidencia o una relación indirecta. Se realizó el mismo experimento en una muestra pequeña de niños con alrededor de 5 años, los resultados guardaron relación en la evocación del sonido de paisajes; sin embargo, al preguntarles acerca del sonido de imágenes con instrumentos musicales o imágenes azarosas, el resultado ha sido muy diverso y divertido.

Con el experimento se pudo concluir que la relación imagen-sonido guarda relación con nuestra memoria auditiva y experiencias íntimas. Pero como reflexión ¿Cuál sería el resultado de este ejercicio si se llevase a personas con sordera?

Karina Pampo