TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LAS NOCIONES DE OBRA Y SUJETO REFERIDAS AL ARTE

La noción de -el artista- ha ido cambiando a lo largo de la historia, de estar emparentado en un rubro de artesano, pasó a separarse para verse como alguien independiente a los oficios y más cercano a la producción de la estética, hasta llegar al artista como genio, esa figura inalcanzable, dotada de cultura y conocimientos que trascendían al común de los mortales. ¿Cómo fue que se pasó de una posición así, a estar supeditados a un mercado capitalista que dicta la oferta y la demanda? Si bien, de cierta forma esas premisas ya se cumplían desde antes con los encargos por parte de la realeza o con los mecenazgos, no era tan marcada esta tendencia de exhibición publicitaria, la publicidad es la cultura de la sociedad de consumo y esta dinámica mercantil ha sido integrada dentro del arte por medio de las industrias culturales y la globalización. El problema que esto representa para los colectivos imaginarios, se plantea desde

La publicidad, situada en un futuro continuamente diferido, excluye el presente y con ello elimina todo cambio, todo desarrollo. La experiencia es imposible en su mundo. Todo lo que ocurre, ocurre fuera de él.[1]

Así, las obras y las prácticas de los artistas están condicionadas por agentes e instituciones especializados en exhibirlo, venderlo, valorarlo y apropiárselo.

Es un entramado muy fuerte de problemáticas sociales, generadas desde este panorama. Si nos remitimos al mundo líquido de Bauman, vemos la fluidez de las cosas, lo desechable que son en este momento. Todo alcanza y pierde vigencia de la misma forma, ¿de qué manera se pueden crear obras que puedan alcanzar una duración más allá de la virtualidad de las tic´s? si:

La globalización arrastra las economías a la producción de lo efímero, lo volátil (mediante una reducción masiva y generalizada del tiempo de vida útil de productos y servicios) y lo precario (trabajos temporarios, flexibles, de tiempo parcial).[2]

¿cómo puede un artista no verse envuelto en estos procesos globalizantes y de rapidez que al mismo tiempo han generado una falta de compromiso con lo que se hace al intentar conseguir una remuneración económica? Otro problema más latente cada día, se ha dado con la acción artística performance art, con ella comenzaron los procesos de desmaterialización del objeto artístico buscando dejar atrás la representación. La fotografía, aparece como único documento, el detalle es que está supeditada a la visión y el bagaje cultural del fotógrafo, eliminando toda objetividad e imposibilitando acceder a la realidad de los hechos.

Las instituciones, antes encargadas de legitimar las obras, han perdido validez, han entrado a un intrincado juego mercantil, con la preocupación por atraer públicos, generar ingresos, generar una necesidad de consumo, se ha perdido la otra parte de conservación de patrimonio, búsqueda de saber, apoyo a nuevos artistas…

No es un panorama simple, ni un vano reflejo de la sociedad posmoderna. Estamos ante un completo cambio en las formas de realizar arte y las formas de percibirlo, se nos presenta como un paradigma al que necesitamos llenar con preguntas y encontrar prontas repuestas que nos permitan vislumbrar horizontes más esperanzadores para la obra y para el artista.

Andrea Vázquez/ México

Fuentes consultadas

Bauman, Zygmunt. La Globalización. Consecuencias humanas. 2da. ed. México, FCE, 2001
Berger, John. Modos de ver. 2da. ed. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 2000.

[1] Modos de ver. John Berger. Ed. Gustavo Gili. España. 2000. P. 168

[2] Ricardo Petrella, cit. en La Globalización. Consecuencias humanas. Zygmunt Bauman. México. 1999. P.104