CURSO VIDEO ANTROPOLÓGICO: UNA METÁFORA DEL VIAJE

CURSO VIDEO ANTROPOLÓGICO: UNA METÁFORA DEL VIAJE

El curso Video Antropológico se despliega a partir de un eje que es el vínculo entre quien investiga y las personas con quienes trabaja desde la mediación del video. A lo largo de ocho semanas, cada participante desarrolla una indagación sobre alguna problemática antropológica a elección personal.

Este proceso consiste en una suerte de metáfora del viaje antropológico, un ir al encuentro del otro y de nosotros mismos en un trabajo de campo sostenido.

Estos videos son parte de los ensayos audiovisuales de algunos de los/as alumnos/as en el curso Video Antropológico 2016. A partir de estos tres ejemplos podemos ver la diversidad de estilos de filmación, formas de relacionarnos con las personas durante el trabajo de campo y modos de representación que se pueden desplegar al utilizar la cámara, no como simple herramienta de registro, sino como un proceso de conocimiento.

Cuando utilizamos el lenguaje audiovisual en el trabajo de campo exploramos experiencias, lógicas y dimensiones de los grupos sociales que devienen en una construcción de lo real y del conocimiento, como también en una mirada artística que involucra la incertidumbre, la paradoja, la contradicción y la sensibilidad.

LOS LIMITES IMAGINADOS y las preguntas existenciales

Eugenio Villagra trabajó con un grupo de freestylers que ensayan en el centro de la ciudad de Concepción, Chile. Al ocupar un lugar público como el Palacio de Tribunales para el desarrollo de su práctica corporal, estas personas se tornan parte del paisaje habitual de los transeúntes urbanos, lo cual implicó para Eugenio realizar un ejercicio de extrañamiento (mirar con otros ojos en su primer acercamiento) y luego poco a poco de familiarización con sus rutinas para comenzar a comprender sus lógicas.

Como afirma Marrero Guillamón, el etnógrafo de espacios públicos participa de las dos formas más radicales de observación participante, siendo totalmente participante y, al mismo tiempo, totalmente observador. Puede realizar literalmente el principio de la atención antropológica, que Lévi-Strauss definió como “de cerca y de lejos” y “mirada distante”, ya que al participar de un medio todo él compuesto de extraños, ser un extraño lo convierte en uno más.

En su análisis, Eugenio se basó en tres niveles de reflexión que se corresponden con los tres tipos de movimientos del freestyle: “el intruso vs el intimidado | Footwork”, “de ser peligroso a estar en la mira | Toprock” y “el Yo infinito vs los límites imaginarios | Powermove”.

En nuestro curso partimos de un ejercicio inicial que es el del autorretrato filmado, desde la idea de Sartre que es la mirada del otro la que nos hace conscientes de nosotros mismos pues nos objetiva: «Yo soy ese yo que otro conoce. La mirada ajena me sorprende, me descubre mi ser, porque ha conseguido tomar un punto de vista sobre mí y eso es lo que yo no puedo hacer.«

Su ensayo audiovisual es absolutamente reflexivo y existencialista: “Es posible que al campo me haya ido a aprender a mí mismo, más que aprehender a otros. Vine a entender que soy un producto cultural también. Un producto del Chile post dictadura. […] El ir a filmar deja en evidencia el hecho de llevar consigo no sólo una cámara sino una intención. ¿Cuál es? ¿A quién filmo? ¿Qué historia merece ser contada? ¿Con qué mirada?”

Desde una mirada sensible, Eugenio experimenta con el lenguaje audiovisual buscando formas de representar al otro en lo que termina resultando una etnografía poética.

Eugenio Villagra “Los Limites Imaginados” (ensayo completo).

ZEN: Filmar en silencio

Amira Baltézar Rezc desarrolló su indagación audiovisual en torno al budismo zen, en el Templo del Escorpión Negro. El zen se caracteriza por la importancia otorgada al estar presente, y la práctica contribuye a ese estado de conciencia despierta. Como Amira es practicante, su desafío consistió en “hacer zen” de su propio conocimiento del zen, esto es, despojarse de sus propio saber (que operaba como supuestos) para acceder a la perspectiva de las otras personas y conformar una etnografía de la propia comunidad budista a la cual ella pertenece.

Estando en trabajo de campo, comencé a ser mucho más observadora y receptiva a lo que pasaba alrededor, las circunstancias más cotidianas, una persona caminando, lavando o secando un traste, me parecían extraordinarios acontecimientos. Podría describir el proceso como: dejarse atravesar por los otros y por el contexto, en un intento de restarse importancia, abandonarse a uno mismo para liberarse de la distracción y estar más presente, siendo más receptivos a las situaciones y personas que nos rodean.

En este sentido, la práctica del zen se convierte en su propia herramienta de análisis.

Al realizar el ejercicio de filmación en modalidad reflexiva, Amira se encuentra ella misma practicando zazen, entonces filma sentada, en silencio, y su estado meditativo guía su mirada. En su búsqueda no hay conclusiones, aparecen las incertidumbres más que las afirmaciones, “escuchamos” su voz silenciosa en los inserts de textos, asistimos al discurrir de sus pensamientos en su propia vivencia, da la sensación de poder habitar su cerebro y mirar desde sus ojos, y cerrarlos con ella cuando el plano se funde a negro.

Trabajar de un modo reflexivo y deconstructivo implica poner en juego y cuestionar nuestra propia perspectiva como investigadores y también los principios de la lógica científica y documental: la posibilidad de verdad, de objetividad, de ficción, de documental. Lo que se está planteando aquí de lleno son cuestiones epistemológicas acerca de cómo construimos y transmitimos conocimiento.

Amira Baltézar Rezc “El Templo del Escorpión Negro”  (fragmento).

HUAKA KATARI el altar en la autopista

El Huaka Katari, o altar de la serpiente, es un lugar de ofrendas y sanación ubicado junto a una autopista en la ciudad de La Paz, Bolivia. El altar consiste en una roca con dos urnas (el lado blanco y el lado negro, con sus respectivas velas de color o velas negras) y está dedicado al Tío o dios de la oscuridad. Es un espacio de sincretismo donde se fusionan la cosmovisión andina, la economía de mercado y la religiosidad.

Allí se venden velas, coca, cigarrillos, azúcar y cerveza para los visitantes que realizan ofrendas al Tío pidiendo sanación y bienestar.

A lo largo de las ocho semanas del curso, Clorinda Purello realizó su trabajo de campo allí, acudiendo reiteradas veces, en diferentes momentos del día y de la semana, respetando los ritmos y logrando la aceptación de las personas con quienes trabajó. Algunas veces sus idas no resultaban en material audiovisual (ya sea por cuestiones climáticas, de festividades, o por respeto a los tiempos del otro), pero ella misma fue comprendiendo que no lograr un registro no implicaba un fracaso, sino por el contrario: podía ir construyendo un conocimiento muy valioso a partir de estas mismas imposibilidades.

Sumergirse en estas otras lógicas diferentes a la propia sin imponer ni forzar situaciones, es uno de los pilares básicos del trabajo de campo en nuestro curso. Sólo cuando el vínculo con ellos lo permitía, Clorinda filmaba, desde una perspectiva observacional y en ocasiones más interactiva.

Por su experiencia en la realización documental, aprovecha delicadamente las posibilidades del género y desde una mirada cercana, su ensayo nos permite asomarnos a un espacio ritual de gran complejidad y caudal simbólico.

Clorinda Purello “Huaka Katari. El altar de la Serpiente” (fragmento).

UNA MIRADA AL SEMINARIO: VIDEO ANTROPOLÓGICO (2015)

UNA MIRADA AL SEMINARIO: VIDEO ANTROPOLÓGICO (2015)

Video Antropológico es a la vez un curso teórico y también un taller de realización. A lo largo de ocho semanas, los participantes eligen un tema de trabajo sobre el cual explorar diversas modalidades de relacionarse con las personas en una indagación que utiliza la cámara como una herramienta de conocimiento.

Los videos realizados por alumnos/as en el 2015 nos llevan de viaje por muchísimos lugares como Colombia, Bolivia, Guatemala, Chile, México, la frontera con EEUU, y al encuentro de muchas cosmovisiones diferentes.

El proyecto Comunidad de Taller Multinacional abre las posibilidades de transferencia social y difusión del conocimiento y las artes visuales. Compartimos aquí algunos fragmentos de estos trabajos que, aunque fueron concebidos como ejercicios fílmicos y no como documentales, muestran profundidad y un gran compromiso.

Modalidad Interactiva

Cuando filmamos desde una perspectiva antropológica, no lo hacemos desde un guión previo. Para lograr un conocimiento profundo de las personas, es preciso tomarse el tiempo necesario para realizar un trabajo de campo largo y sostenido.

El trabajo de campo en antropología no consiste en realizar cuestionarios prediseñados o encuestas, sino que se define en el “estar allí”. Uno no tiene de antemano definido qué hacer. Uno está allí compartiendo un rato más o menos largo en las vidas de ciertas personas.
Esta aparente inactividad es una situación mucho más difícil de construir de lo que parecería. Muchas veces los sujetos no están interesados en nuestra presencia y en ocasiones percibimos que nos dejan afuera.

Daniela Gómez Chapou fue construyendo su propio lugar en el campo a lo largo de los sucesivos encuentros con un grupo de mujeres Mazahua Jñatjo Ndixu, de Santa Martha del Sur, México. No fue una tarea sencilla.

En un registro de campo, ella deja asentado lo que observa y lo que siente respecto de este proceso de rechazo y aceptación de parte de este colectivo de mujeres:

“Empiezan a hablar en mazahua, no entiendo nada y no sé a dónde voltear mientras platican. Me siento un poco perdida. Empieza a llover, estoy sentada en una parte donde el techo de lámina no protege bien de la lluvia, la tía Rosa me dice: “ahí se va a mojar”. Entonces me cambio de lugar y me siento bajo el techo junto a la tía Julia. Belén se acerca y toma un banco, se sienta después de mí. Ahora estoy dentro del círculo. Alguien dice: “bueno, ¿no vamos a cantar?” Poco a poco empiezan a cantar. En algunos momentos trato de integrarme cantando la tonada. El canto me relaja. La tía Rosa me empezó a platicar. De repente me di cuenta que lo que estaban platicando, en cierta forma me lo estaban platicando, porque estaban hablando en español y Belén casi todo el tiempo tenía contacto visual conmigo. Me sentí muy bienvenida, me di cuenta que estábamos teniendo una plática de mujeres.”

En una modalidad interactiva de realización documental, del binomio “observación participante” característico de la etnografía, el énfasis puesto en la participación permite observar. Cuando realizamos antropología visual, además de “simplemente” estar ahí, nuestra función es filmar lo que allí sucede. Puede ocurrir, como le pasó a Daniela, que tengamos una tarea que desempeñar en la interacción social (en su caso, por ejemplo ayudar a descolgar un bolso que estaba bien alto) que nos obligue a dejar a un lado o ceder a otro nuestra propia tarea (filmar). Y entonces la filmación se convierte en un registro mucho más rico, porque da cuenta de los vínculos entre el realizador y las personas con quienes está trabajando, permite al espectador acceder a ese encuentro.

MODALIDAD INTERACTIVA Video Daniela Gómez Chapou.
Trabajo realizado en el marco del curso online Video Antropológico en Taller Multinacional (emisión 2015).

Modalidad Observacional

“Implícito en un estilo de cámara hay una teoría del conocimiento”.

David MacDougall

Una de las modalidades más difíciles de lograr para un realizador tal vez sea la observacional, porque requiere hacer a un lado todos los estereotipos establecidos del documental de tipo televisivo, y sumergirse más de lleno en lo que caracteriza al trabajo de campo antropológico: largas estadías, compartiendo momentos de la cotidianeidad de las personas, aparentemente no haciendo mucho.

Tomarse el tiempo para conocer a las personas, hace posible que la cámara deje de intimidar, que el realizador se convierta en una presencia aceptada y en ocasiones hasta desapercibida, y que pueda  registrar detalladamente comportamientos cotidianos. La actitud del realizador no es desde una situación privilegiada, sino de apertura, observando y contemplando pacientemente. Su única ventaja reside en el conocimiento profundo de las interacciones, lo que le permite emplazar la cámara en el lugar y momento más propicios para la grabación.

En esta modalidad, no se realizan entrevistas, tampoco se usa la voz en off, sólo sonidos e imágenes registrados en la interacción y diálogos de las personas entre sí (no con la cámara). En nuestro curso el estilo observacional es fundamental, precisamente porque condensa la perspectiva antropológica.

El video de Andrés Claros Roncal es parte de un trabajo a lo largo de las semanas del curso en el cual abordó un estudio de caso sobre la agricultura periurbana en la ciudad de La Paz, en Bolivia, concentrándose en una familia en su parcela de cultivo. En ocasiones hay temáticas y situaciones que se ajustan mejor a una modalidad u otra, como en el caso de la siembra de la papa, al tratarse de una tarea casi silenciosa, de gran concentración, una mirada observacional puede acompañar adecuadamente este proceso. Siendo fotógrafo, las imágenes, los encuadres y los planos que realiza Andrés son de una gran calidad visual. Este video da cuenta de lo que proponemos como forma de relacionarse con las personas: acompañar desde una profunda comprensión, respeto y compromiso con el otro.

 

MODALIDAD OBSERVACIONAL Andres Claros Roncal.
Trabajo realizado en el marco del curso online Video Antropológico en Taller Multinacional (emisión 2015).

Modalidad Reflexiva

A lo largo del curso, se va complejizando la mirada en la relación con el otro. Partimos desde un abordaje más descriptivo, más observacional, para luego interactuar y después preguntarnos por los propios condicionamientos al producir conocimiento. Ejercitamos la modalidad reflexiva, con un estilo de filmación en el cual se busca una conciencia del investigador sobre su persona y sus mecanismos de producción.

Al filmar de acuerdo a los parámetros de esta modalidad, puede haber interacción con las personas filmadas, puede el realizador estar presente en cámara, puede escucharse su voz, pueden interpelarle directamente las personas. Esto es porque se explicita en las imágenes cuál es su lugar allí.

También hay una clarificación acerca del proceso de construcción del documental como discurso y como forma de conocimiento, en ocasiones aparecen indicios de la cámara, de cómo fue el montaje, se evidencia la tecnología como parte del registro, se visibilizan los hilos que forman la trama y la estructura del video.

Steph Krieg se encontraba trabajando un tema muy abstracto: el espacio, y en este ejercicio le propuso a su abuela explorar territorios desconocidos. Iniciaron un juego viajando a la playa en Baja California “con la posibilidad de interactuar Oma-cámara-Steffi a través de la exploración del espacio dentro del imaginario de mi abuela y mi mirada.”

Escuchamos su voz en off contando su propuesta, aparece su sombra sobre la arena, su abuela toma la cámara y experimenta cómo filmar, los roles se modifican porque ahora es la persona filmada quien decide el curso del registro.

Como fruto de esta forma reflexiva, el encuentro con el otro se transforma, en sus palabras: “me hizo sentir que logramos abrir nuevos canales de comunicación, surgió una mayor unión y complicidad ya que teníamos un proyecto en común por realizar.”

 

“MODALIDAD REFLEXIVA. Stephanie Krieg. Trabajo realizado en el marco del curso online Video Antropológico en Taller Multinacional (emisión 2015)”.